viernes, septiembre 22, 2023
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Kresimir Cosic: Creando al jugador del futuro

Hoy en día hay una legión de jugadores europeos jugando en Estados Unidos, pero hubo una época en la que era territorio vedado para los jugadores procedentes del viejo continente. Por eso puede parecer increíble que un jugador rechazara no sólo una, sino dos o tres veces los cantos de sirena procedentes del otro lado del Atlántico. Nos referimos a la leyenda balcánica Kresimir Cosic.

Nació en Zagreb, un 26 de Noviembre de 1948, en plena resaca del final de la Segunda Guerra Mundial. Se mudó a Zadar, una localidad de la costa de la región de Dalmacia, donde pasó su infancia. Era un jugador de una complexión muy atípica para su época, muy alto y muy delgado, fibroso, con unas manos muy grandes, característica que le sería de gran utilidad en su juego. Fue un genio precoz que debutó con el equipo del Zadar a los 16 años en 1965. Jugaría 16 partidos el año de su debut proclamándose campeón de liga.
Enseguida se mostró como un jugador diferente, muy adelantado a su época, un 2,10 capaz de botar el balón y lanzar desde fuera. Probablemente si hubiera nacido 25 ó 30 años más tarde habría sido habitual verle lanzar desde la línea de 3 puntos. Fue adquiriendo jerarquía en el Zadar junto al mítico Pino Djerdja con quien formó una gran sociedad. También destacó en todas las categorías de las diferentes selecciones yugoslavas hasta llegar a la categoría senior. En 1967 batió el récord de anotación de la liga yugoslava al anotar 61 puntos.

Con la selección absoluta debutó en el campeonato del Mundo de Montevideo donde sólo jugaría un partido ante USA (71-76) en el que anotó 6 puntos. Ese mismo año jugaría el campeonato de Europa de selecciones en Helsinki, donde gozó de más oportunidades. Sólo tenía 18 años, y fue el segundo máximo anotador de la selección yugoslava.

Durante el verano de 1968, tras los JJOO de México se produjo un hecho crucial en la vida de Kresimir Cosic. En un partido con un combinado europeo conoció al finlandés Veikko Vainio, el cual le contó su experiencia Brigham Young University, universidad gestionada por mormones del estado de Utah. Aquel encuentro cambió su vida por completo. Cosic quedó maravillado de las cosas que le contó Vainio, y aceptó la invitación para formar parte del equipo universitario de baloncesto de BYU, no sin antes tener que interceder las autoridades americanas ante el gobierno yugoslavo del mariscal Tito, que por aquel entonces no permitía la salida de deportistas yugoslavos para competir fuera de las competencias estatales.

Kresimir Cosic University Byu

De esta manera se fraguó el desembarco de Cosic en Estados Unidos. Sin embargo las normativas de la NCAA, no pudo jugar en su año freshman, por lo que estuvo permitía a los jugadores freshman competir con el equipo varsity.

Tras pasar un año sin jugar en Estados Unidos,y a la espera de empezar de debutar con los Cougars en la temporada 70-71, Cosic regresó a Croacia. Zadar le inscribió para jugar la final copa de Yugoslavia. La Jugoplastika, rival del Zadar era el anfitrión y tenía preparada una fiesta para celebrar la victoria, pero la incorporación de Cosic al equipo y la gran actuación de Pino Djerdja dieron al traste con las ilusiones del equipo de Split, y se llevaron el gato al agua en una final disputadísima(64-60).

Kresimir Cosic poco a poco fue desarrollando su juego convirtiéndose un all around player. Su forma de jugar derribó todos los estereotipos y cánones sobre la figura del pívot. Podía jugar prácticamente en cualquier posición, era un grandísimo pasador, y podía lanzar desde fuera como el mejor de los aleros. Era habitual verle dirigir a sus compañeros desde el poste alto, y lo hacía de forma innata, no había nada forzado en sus gestos. Aparte de brillar en todas estas facetas, también brillaba en las labores propias de un pívot y tenía una gran habilidad para rebotear. Tenía un gran tiro en suspensión y un gancho muy efectivo para poder superar a pívots mas grandes que él.

En mayo de 1970 llegó el primer gran éxito de la selección yugoslava, en el campeonato de Mundo que se disputó en Ljubljana en 1970, ganando la medalla de oro en la liguilla final. De vuelta a Estados Unidos, Cosic se fue integrando entre las costumbres de la gente de Provo, localidad donde está ubicada BYU y abrazó la fe mormona. Este hecho sería de gran relevancia, pues el resto de su vida girará en torno a los principios y las costumbres de la religión Baptista. Tanto es así que cuando regresó a Yugoslavia, se encargó de difundir estas creencias y traducir al croata las sagradas escrituras y el libro de la fe mormona.
En su primer año con BYU sus números fueron muy buenos: 15,1 puntos y 12,6 rebotes. En el estado mormón enseguida se convirtió en un ídolo, hasta el punto de atraer a más de 10.000 personas al J.Willard Marriot Activities Center hogar y cancha de juego de los Cougars. En su año sophomore clasificó a su equipo para el torneo NCAA. En el primer partido disputado ante Utah State, BYU se impuso 91-82 con 30 puntos y 11 rebotes de Cosic. En el siguiente partido cayeron derrotados ante UCLA, a la postre campeón nacional. No pudieron superar ese escollo a pesar de los 18 puntos y 23 rebotes de “Kreso”. Su duelo con Sidney Wicks fue de lo mejor del encuentro.

En su segunda temporada se fracturó una mano, pero se recuperó y acabó promediando más de 24 puntos por partido en el último mes de competición. Sus números fueron espectaculares 22.3 puntos y 12.8 rebotes, clasificando a su equipo por segundo año consecutivo para el torneo NCAA. Pero su recorrido en la competición fue corto, cayeron 95-90 ante Long Beach State, la universidad dirigida por Jerry Tarkanian. La falta de banquillo condenó a los Cougars que tuvieron en Kresimir Cosic a su mejor hombre, 27 puntos y 13 rebotes.

Cosic se había convertido en toda una institución, y eso despertó el recelo de algunos de sus compañeros por la atención que recibía y sobre todo por su forma de jugar: un pívot que salía de la zona para dirigir al equipo, robándole protagonismo a los jugadores exteriores. Alcanzó los dobles dígitos en asistencias en varios partidos, ayudado por su inteligencia y lectura del juego. En aquella época no era común en un pívot y alguno de sus compañeros como el base Bernie Fryer no lo entendía:

“Un 2,10 saliendo fuera para dirigir y para lanzar, ¿Cuándo se ha visto eso?”

Al final de ese mismo año fue drafteado por los Portland Trail Blazers en la décima ronda del draft en el puesto 194. Kresimir Cosic no había pasado desapercibido para nadie. Jack Hartman entrenador de Kansas State decía de él: “Es un hombre jugando entre niños pequeños”. Jack McKinney entrenador de St.Joseph y padre espiritual de Showtime de los Lakers en los años 80 le definía como “el tipo mas loco con más talento”.

En su año senior acabó con unos promedios de 20.2 puntos y 9.5 rebotes. Cuando Cosic abandonó BYU, lo hizo como máximo anotador (1.513 puntos), máximo reboteador (919), y ostentando la mejor marca de tiros libres anotados (381) de la universidad mormona.

Fue nombrado 3 veces en el mejor equipo de la Western Athletic Conference, 1 vez mejor jugador de la conferencia y 3 veces All America. Tras ese año sería de nuevo drafteado, en esta ocasión por Los Angeles Lakers en la quinta ronda del draft en el puesto número 84.

Cosic recibió ofertas de Los Angeles Lakers, Boston Celtics y los Carolina Cougars de la ABA, pero rechazó todas porque debería renunciar a jugar con su selección. Otras fuentes alegaron presiones y amenazas a su familia por parte del gobierno yugoslavo para que no aceptara. Sea como fuere, el hecho es que Cosic no jugó en la NBA, pero según Billy Packer analista de la CBS que le vio jugar en varias ocasiones, Kresimir Cosic «fue el primer jugador europeo en triunfar en USA, habría tenido éxito en la NBA».
Cosic siguió coleccionando medallas con su selección durante toda la década de los 70, a la medalla de oro conseguida el Ljubljana, habría que añadir las de oro conseguidas en los europeos de 1973, 75 y 77, y en el mundial de 1978; las platas en los europeos de 1971, el mundial de 1974 y los JJOO de 1976 y el bronce del europeo de 1979.

Tras la aventura americana Kresimir Cosic volvía a su tierra, y regresaba al equipo que le vio triunfar en otra época: Zadar. Regresaba como un jugador más maduro. Así lo reconocía Ranko Zeravica el primer entrenador que le llamó para la selección yugoslava, en el discurso de la retirada de su dorsal número 11 por parte de BYU:

”Cuando ‘Kreso’ se fue de Yugoslavia, lo hizo como un jugador y una persona incompleta, pero tras su paso por esta universidad,regresó un hombre y un jugador más maduro en todas sus facetas. El cambio en su conducta fue notable y trajo de Utah una excelente educación”

Cosic marcó diferencias y se erigió en el factor desequilibrante en la liga yugoslava. Zadar se proclamó campeón en 1974 y 1975. Era un jugador dominador y el máximo anotador de su equipo, 23 y 24,1 puntos por partido en ambas temporadas. Pero en 1976 tuvo que incorporarse al ejército. Se perdió toda la temporada 75/76 y parte de la temporada 76/77 (ésta ya como jugador del Olimpja de Ljubljana). Este paréntesis frenó mucho su progresión .

En 1978 Cosic terminó su vínculo con el equipo esloveno de Ljubljana sin poder conquistar el título. Un año después aceptó una oferta de la Virtus de Bolonia para jugar el campeonato italiano. La Sinudyne del abogado Porelli, buscaba terminar con el dominio del pallacanestro Varese y creyeron encontrar en Cosic el antídoto contra Dino Meneghin. Los boloñeses estuvieron negociando con Dave Cowens antes de decidirse por el yugoslavo.
Cosic tuvo salvar unos comienzos difíciles, y resolver alguna diferencia con Terry Driscoll, una leyenda en Bolonia que se había hecho con las riendas del equipo tras retirarse el año anterior. Una vez solucionado este asunto, se adaptó al equipo y todo comenzó a desarrollarse como Porelli y Driscoll pretendían. Permaneció dos años en Bolonia, consiguiendo el título de liga junto a los McMillian, Villalta, Bertolotti o Generali. Durante su estancia en Bolonia, mantuvo duras y bonitas pugnas con Dino Meneghin, quien en su autobiografía “Passi de Gigante” afirmaba:

“Los jugadores yugoslavos son extraordinarios, pero ‘Kreso’ era especial. Lo digo sobre todo porque estuvo entre nosotros un tiempo. Le admiraba y confieso que era mi debilidad. Era un jugador que podía hacer de todo sobre la cancha. Era un pívot con el cerebro de un base. Jugaba como un base o como un alero desde sus 2,10.En una plantilla de una fábrica hay ingenieros y hay operarios, él era un ingeniero. Era un hombre amable, generoso y leal. Kreso me abrió los ojos a un mundo global en referencia a los valores humanos, algo que no me ocurría con otros rivales”

En tal sólo dos años dejó una huella profunda en Bolonia. Sigue siendo considerado junto a Jim McMillian y Predrag Danilovic como los mejores extranjeros de la historia del club. Una vez finalizada su etapa italiana, Cosic regresó a la liga yugoslava de la mano de la Cibona de Zagreb y de Mirko Novosel, el cual estaba intentando crear un proyecto de equipo campeón. En Kresimir Cosic vio la pieza fundamental para poner en marcha este proyecto. En la temporada 80/81 ganaron la copa y en la temporada 81/82 conquistaron el título de liga, el título de Copa y la Recopa de Europa al ganar al Real Madrid por 96-95 en un partido decidido en la prórroga. Cosic anotó 22 puntos vitales para el título de su equipo.

En su última temporada en activo, 82/83, logró hacerse con el título de copa de nuevo. En la copa de Europa no hicieron un buen papel, pero la primera piedra del proyecto ya estaba colocada y se vería afianzada por la llegada de un joven muchacho procedente de Sibenik, un tal Drazen Petrovic. En sus últimas 3 temporadas como jugador de Cibona promedió unos muy dignos 18,9 14 y 16,2 puntos por partido.

Como jugador Cosic era muy impulsivo, con un fuerte carácter, capaz de enfadarse consigo mismo con sus compañeros o con los árbitros, pero sus enfados no eran muy duraderos. Se atemperaba y recuperaba el control en poco tiempo. Tras su retirada, la pasión de Cosic por el baloncesto hizo que siguiera ligado a este mundo a través de los banquillos. Tuvo una breve primera experiencia como entrenador de la Jugoplastika de Split, para poco después coger los mandos de la selección nacional yugoslava, que contaba con Drazen Petrovic, Cutura, Vrankovic, Radovic, Knego, Nakic, Vucevic y Boban Petrovic. Un traspiés con Checoslovaquia en cuartos de final les dejó fuera de las medallas. Tocaba reconstruir el equipo. Para ello en la siguiente cita internacional (Mundobasket de España) llamó a un joven de 18 años, Vlade Divac.

Cosic había viajado durante más de una decena de veces para practicar y entrenar personalmente a Divac. Desgraciadamente para Vlade en aquel campeonato fue protagonista de una desafortunada jugada al perder un balón clave con 85-82 a favor de Yugoslavia y pocos segundos para finalizar el partido.Esta circunstancia fue aprovechada por Valdis Valters para anotar un triple y empatar el partido.En la prórroga URSS se clasificaría para la final. Yugoslavia se había dejado remontar 9 puntos en un minuto y medio.

Para Vlado Divac fue un mazazo, pero la respuesta de Cosic fue ponerlo de titular en el partido por el tercer y cuarto puesto jugando muchos minutos. “Creo en tí” -esas fueron las palabras de Cosic a su pupilo. Vlado Divac siempre recuerda estas palabras con cariño, incluso confiesa que pudo haber salvado su carrera como jugador de baloncesto. En el europeo de 1987 de Atenas, llamó a un generación de jugadores jóvenes que estaban destacando, Toni Kukoc, Dino Radja y Aleksander Djordjevic…que se sumaban a otros que ya habían debutado como Paspalj, Grbovic, Divac, Petrovic o Cvjeticanin. Ganaron la medalla de bronce contra España.

Tras abandonar los banquillos estuvo un tiempo relacionado con el baloncesto, pero en 1993 aceptó un cargo diplomático en la embajada croata en USA. Desafortunadamente fallecería el 25 de Mayo de 1995 en Baltimore, víctima de un linfoma. Su figura trascendió más allá del deporte, como muestra el hecho de que en 2012 varios centenares de personas se congregaron para conmemorar el 40 aniversario de su bautismo baptista. Era una persona amable, honesta y comprometida, que dejó gran huella en aquellos que tuvieron contacto con él

En Zagreb tiene una plaza con su nombre que está situada enfrente de La Casa del Deporte, y en Zadar da su nombre a una calle y a la cancha en la que juega el equipo de baloncesto: el Kresimir Cosic Hall. Sus restos se hallan en el cementerio Mirogoj ,en Zagreb, el mismo donde se encuentra enterrado Drazen Petrovic. Aparte de su palmarés deportivo que se compone de :

  • 6 ligas yugoslavas
  • 2 ligas italianas
  • 4 copas yugoslavas
  • 1 Recopa

Tiene entre sus logros:

  • Orden del Mérito de la FIBA
  • Miembro del Basketball Hall of Fame (tercer jugador no estadounidense en conseguirlo)
  • Miembro del Salón de la Fama FIBA
  • Miembro del Hall of Fame de BYU
  • Dorsal #11 retirado por BYU (él y Danny Ainge son los únicos que lo tienen)

En definitiva, un hombre inolvidable dentro de la pista, pero más incluso todavía fuera de ella. Como reza un dicho de la ciudad de Zadar:

“Dios creó al hombre y Zadar creó al baloncesto”

…y en este caso bien se pudiera decir que Kresimir Cosic creó el prototipo de jugador de baloncesto moderno

Aficionado al baloncesto y al deporte en general

En 'Tiempo de Basket' desde 05.04.2021

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