La cuenta atrás para el Eurobasket 2025 ya está en marcha (27 de agosto al 14 de septiembre, en Letonia, Finlandia, Polonia y Chipre) y la Selección Española de Baloncesto encara la cita continental en un escenario que pocos imaginaban: con la enfermería llena y la incógnita de si podrá llegar en plenitud al debut contra Georgia el 28 de agosto en Limassol.
Las lesiones no son nuevas en el deporte, pero la acumulación y el momento en que han llegado han encendido todas las alarmas. Sergio Scariolo no solo tiene que diseñar un equipo competitivo, sino también sostener la moral de un grupo en plena transición generacional.
Una enfermería que no da tregua
España ya sabe que Alberto Abalde no estará. Su rotura del aductor corto izquierdo lo descarta por completo para el torneo. A esta baja se suma la de Eli John Ndiaye, que dejó la concentración por un problema en el hombro. Dos piezas que, sin ser líderes absolutos, aportaban versatilidad y solidez en la rotación.
La situación empeora con los tocados: Alberto Díaz, faro defensivo de la selección; Mario Saint-Supéry, el joven llamado a dar frescura en el puesto de base; y Darío Brizuela, uno de los pocos anotadores fiables. Ninguno tiene garantizada su presencia al 100%.
El caso más delicado es el de Santi Aldama. El jugador de los Grizzlies es hoy el gran talento español en la NBA, pero su estado físico sigue siendo una incógnita, condicionado también por las precauciones de la franquicia NBA.
Sergio Scariolo ante el tablero de ajedrez
Aquí está el punto de inflexión: con tantas dudas físicas, el Eurobasket de España se ha convertido en un tablero de ajedrez para Sergio Scariolo. No se trata solo de confeccionar convocatorias, sino de repensar la identidad misma del equipo.
El seleccionador sabe que no puede esperar milagros. Lo que sí puede hacer es apostar por los jóvenes, acelerar un proceso de relevo generacional que estaba previsto a medio plazo y que, por necesidad, debe adelantarse.
Pero esta decisión no está exenta de riesgos: jugadores como Guillem Ferrando, Sergio de Larrea o Isaac Nogués tienen talento, sí, pero todavía carecen de la experiencia necesaria en una gran competición internacional. ¿Podrán resistir la presión de medirse a selecciones lideradas por estrellas NBA como Giannis Antetokounmpo?
A la vez, este escenario abre una puerta interesante: ver si los roles secundarios de hombres como Joel Parra, Xabi López-Arostegui o Santi Yusta pueden transformarse en protagonismo real. La historia de la Selección está llena de ejemplos de jugadores que crecieron cuando nadie lo esperaba.
Más allá de las bajas: ¿un equipo en transición sin milagros?
España llega como vigente campeona del Eurobasket 2022, pero el contexto es radicalmente distinto. El propio Scariolo ya avisó: “Estamos lejísimos de la medalla”. Una frase que, más que pesimismo, es una vacuna contra la euforia.
La clave ahora no es tanto ganar, sino construir. Este Eurobasket puede ser un banco de pruebas: una oportunidad para que los nuevos aprendan a competir y para que el grupo mantenga vivo el espíritu de lucha, incluso sin sus mejores piezas.
El grupo en Limassol no será sencillo: Italia, Grecia, Bosnia-Herzegovina, Georgia y Chipre. Con Giannis al acecho, cada detalle cuenta.
Ficha del autor
Amante del CINE, BASKET, COMIC y de mis niñas.
Plutón es un planeta...
En 'Tiempo de Basket' desde 11.05.2020
- Mingallónhttps://www.tiempodebasket.com/author/mingatron/
- Mingallónhttps://www.tiempodebasket.com/author/mingatron/
- Mingallónhttps://www.tiempodebasket.com/author/mingatron/
- Mingallónhttps://www.tiempodebasket.com/author/mingatron/
