El Real Madrid ha iniciado la temporada de Euroliga con cuatro derrotas fuera de casa, y lo más preocupante es que tres de ellas han sido consecutivas, ante Bayern, Maccabi y Estrella Roja. Más allá del marcador, lo que alarma son las desconexiones y la falta de concentración durante los partidos, algo que se refleja en cómo el equipo deja escapar ventajas importantes. Las derrotas contra plantillas teóricamente inferiores muestran que el problema es más profundo que el simple nivel de juego: se trata de mentalidad, gestión y consistencia.
Patrones de las derrotas del Real Madrid
Si analizamos estos tropiezos, se observa un patrón recurrente. En varias de las derrotas, el Madrid comienza con primeras partes muy sólidas, pero el paso por vestuario no le sienta bien al equipo y deja escapar ventajas de hasta 20 puntos. La excepción fue el partido contra Virtus, que empezó mal desde el inicio, pero en los otros encuentros queda claro que se trata de un problema de ambición, concentración y gestión del partido. Esta irregularidad hace que partidos que parecían controlados se terminen escapando, un síntoma que preocupa.
Factores individuales
En el apartado individual, hay luces y sombras. Théo Maledon va poco a poco consolidándose; aún está en proceso de adaptación, pero su crecimiento como base líder puede ser crucial para dar estabilidad al equipo. Facu Campazzo ha tenido un rendimiento muy por debajo de su nivel habitual: problemas de confianza y de piernas han limitado su influencia, y su suplencia sigue siendo complicada de cubrir. Mario Hezonja demuestra tener un talento enorme, pero su mentalidad inconsistente provoca decisiones erráticas en momentos clave, como si estuviera jugando a “ruleta rusa”. Por no hablar, del problema del Real Madrid en juego interior, no se tiene un pívot suplente de garantias para Edy Tavares. Situación que se espera subsanar con la llegada de Alex Len.
Entrenador y rotaciones
Scariolo sigue buscando la química perfecta, probando quintetos, minutajes y combinaciones. Este proceso genera dudas y críticas externas, especialmente porque las derrotas fuera de casa pesan, pero es natural en un equipo con tantas caras nuevas. El problema es que aún no termina de dar con la tecla, sobre todo en los partidos fuera de casa, y esto está costando partidos que deberían ser asumibles para un equipo de su calibre. La paciencia es clave, pero el margen de error se estrecha.
Contexto de la Euroliga
La pregunta que queda en el aire: ¿Cuántas desconexiones más puede permitir este Madrid antes de que las consecuencias sean irreversibles? La Euroliga no espera, y cada derrota consecutiva fuera de casa es una alarma que no se puede ignorar.
El talento por sí solo no basta: sin cabeza, sin foco y sin consistencia, incluso la mejor plantilla puede perderse en sus propias desconexiones.
Ficha del autor
Periodista +15 años en la profesión. Los números no engañan.
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