jueves, octubre 9, 2025
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El olvido de Raül López

Hace menos de una semana, por pura casualidad, vi una entrevista con Raül López, alguien poco habitual en los medios, y me sorprendió con la sinceridad y claridad con la que habló de ciertos temas personales. Debo confesar que fue una de mis debilidades en mi juventud, así que poco objetivo puedo ser en mis juicios, sin embargo, parece que hay cierto consenso sobre su figura en los círculos cercanos al baloncesto profesional: Raül fue el jugador más talentoso en la mejor generación de la historia del baloncesto español.

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Cuando uno piensa en el equipo que ganó el oro en el Mundial de Japón, es inevitable recordar nombres como Pau Gasol, Marc Gasol, Navarro, Llull, Ricky Rubio, Rudy Fernández, Felipe Reyes y la cantidad de etcéteras se podrían extender prácticamente a toda una plantilla llena de talento que haría las delicias en los clubes donde jugarán los inviernos. También uno tiene la sensación que pese a todo, falta alguien, un base de puro talento que pudo haber competido con el propio Pau para ser el líder del equipo, alguien a quien las lesiones le arrebataron formar parte de una historia que le pertenecía por propia justicia y, al que la adversidad lo alejó de lo que merecía. Los ya lejanos juniors de oro que ganaron el mundial en Lisboa fueron un aperitivo de lo que nos podría venir en los próximos años, cierto que algunos jugadores poco madurativos no tuvieron el protagonismo que se les esperaba, al contrario que otros como Germán Gabriel, a quien se le consideraba la referencia ofensiva interior de Europa. En ese campeonato, con una plantilla repleta de las futuras estrellas de España, sobresalía Raül López como líder indiscutible.

En el Joventut de Badalona tuvo un paso fugaz de dos temporadas en el primer equipo, ya que su potencial era tan grande que tenía a los mejores equipos de la competición en plena pelea por adquirir sus servicios, finalmente el Real Madrid salió como ganador. Para hacernos una idea del potencial del joven base, en esa segunda temporada en el equipo de toda su vida promedió 10.1 puntos por 2.8 asistencias para un total de 10 de valoración, unos números más que destacables para un chico de su edad. Su primera temporada en el equipo blanco salió según lo planeado, adaptación a una exigencia mayor y a un entorno donde solo ganar se considera aceptable, Raül mostró que su talento navegaba incluso en las aguas más turbias. Su segundo año marcó el inicio de su infierno personal, en una jugada repetida miles de veces, donde la rodilla siempre había actuado con normalidad en esta ocasión dijo basta, resultado: rotura de ligamientos de su rodilla derecha, una de las lesiones más temidas para un deportista profesional, la famosa ACL. Es cierto que el juego del joven base no venía determinado por su físico, pero esto es verdad hasta cierto punto, ya que su explosividad y velocidad eran algo que le definían.

El tratamiento en las lesiones de ACL ha ido variando con el tiempo, pasó a ser un motivo de retiro del deporte profesional hasta llegar a la operación rutinaria para volver a la carga. Hoy en día este tipo de intervenciones quirúrgicas exigen un año de recuperación, en la época de Raül López eran 6 meses, así que el joven base pudo recuperarse en poco más de medio año. En esa época ya figuraba en algunas agendas de algunos ojeadores de la NBA, el talento de Raül no pasó desapercibido para los americanos, de este modo salió escogido en el número 24 del draft de 2003 por Utah Jazz. Cabe destacar un par de elementos en este punto; tenemos a un jugador blanco, europeo, de 1’80 metro de estatura, poco atlético y con una operación de ACL a sus espaldas que fue una primera ronda en una época donde solo los europeos escogidos podían soñar con algo así, Raül era especial. En ese mismo draft Tony Parker salió por detrás de él y si me preguntan mi opinión, el base español hubiera sido mejor en igualdad de condiciones.

Raül López Utah Jazz

En su primera temporada en los Jazz e intentando dejar la lesión como algo del pasado, estuvo bastante bien. Buena adaptación a la cultura yankee y compitiendo por la titularidad con Carlos Arroyo, nos dejó estelas del jugador que podía llegar a ser, partidos de 20 puntos y 10 asistencias cuando era muy difícil ver a un europeo manejando estas estadísticas nos animaron a soñar con él, volvimos a recordar que el talento no entiende de casi nada cuando está en buenas manos. Sus números fueron bastante buenos teniendo en cuenta todo el contexto: 7 puntos y 3.7 asistencias por partido para el bueno de un Raül que cada vez estaba mejor físicamente. No obstante, en su segunda temporada le volvió a suceder lo peor, esta vez se rompió los ligamentos en su rodilla izquierda, la buena. Otra operación y otros 6 meses de baja que dejaban mermado a un jugador que dependía más de sus rodillas que de sus centímetros. Al año siguiente volvió a Europa, primero en un sorprendente Akasvayu Girona que acababa de recibir una inyección económica estratosférica debido al negocio inmobiliario y posteriormente al Madrid, al Khimki de Moscú y finalmente a Bilbao, equipo donde se retiraría. Podemos decir que, pese a los altibajos, Raül tuvo una carrera sólida, con destellos del talento que la adversidad nunca logró apagar. Existen declaraciones que ponen la piel de gallina, a la antes comentada, que seguramente fue el mayor talento de la mejor generación de la historia de España, podemos añadir otras de sus entrenadores de formación o en sus primeros años, algunos asegurando que era el mejor base que habían visto nunca sobre una cancha de baloncesto.

Volviendo a la entrevista que ha dado origen a estas líneas, Raül siempre ha sido un chico tímido y educado, no ha querido nunca darse más protagonismo del que ha sido estrictamente necesario y estuvo contando que, entre otros proyectos, actualmente trabaja como entrenador técnico ayudando a jugadores de élite o de formación. Hace tiempo estuvo trabajando con Pau Gasol antes que regresara al Barça o hace poco estuvo con Ricky Rubio, casi nada… Hubo un momento precioso en la entrevista donde le comparaban con los mejores jugadores de la historia de España y le preguntaban si él creía que sin las lesiones hubiera sido el mejor jugador de su generación y, Raül, sabedor e inteligente, durante un momento reflexionó y miró a su interlocutor para decirle que creía que eran exageraciones y que no hubiera sido tan bueno. Casi nos la cuela, porque en esa mirada se podía ver como mentía.

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Ficha del autor

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En 'Tiempo D3 Basket' desde 19.10.2023

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