Despedir a Thibodeau sin un plan B

13 junio 2025

Este año, los playoffs han estado marcados por los despidos. Días antes del comienzo de los mismos, los Nuggets sorprendieron al echar a Michael Malone, cuando aún quedaban tres partidos de temporada regular. Una vez en los playoffs, los New York Knicks hicieron lo propio con Tom Thibodeau, el entrenador que los ha metido en postemporada en cuatro de los cinco años que ha estado en la Gran Manzana. El de Connecticut devolvió a los Knicks a la parte alta de la clasificación tras años de deriva. No es un dato menor: bajo su mando, el equipo alcanzó este año sus primeras Finales de Conferencia en lo que va de siglo. Su despido, en ese contexto, suena extraño.

Pero tiene explicaciones. El desgaste con su estilo es evidente: sus rotaciones cortas, su insistencia con ciertos jugadores, y su falta de flexibilidad táctica han sido señaladas desde dentro y fuera del vestuario. Además, en Nueva York hay urgencia. Este año se apostó por el anillo con movimientos agresivos en el mercado, y el equipo no dio el paso definitivo. El futuro está comprometido: solo cuentan con dos elecciones de primera ronda en 2026 y otra en 2028. A eso se suma una masa salarial elevada. La sensación interna es que con Thibs ya se había alcanzado el techo.

Ese contexto hacía pensar que los Knicks tenían un sustituto claro y ambicioso para el banquillo. Pero la realidad ha sido otra. Han recibido negativas en cadena: primero con Ime Udoka (Rockets) y Chris Finch (Timberwolves), luego con Jason Kidd (Mavs), y por último con Billy Donovan (Bulls) y Quin Snyder (Hawks). Ningún equipo ha querido abrir la puerta.

Todo esto destapa una preocupante falta de planificación: despedir a tu técnico sin tener atado un sustituto ni una hoja de ruta clara es una muestra de improvisación. El equipo que pretendía dar un paso adelante se ha quedado sin entrenador y sin apoyos para construir un proyecto ganador. La urgencia por mejorar es real, pero las soluciones no aparecen. Han dejado marchar al mejor técnico que han tenido en años sin una estrategia definida, disparando a ciegas y negociando en terreno ajeno.

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