Nikola Mirotic Stajovic nació el 11 de febrero de 1991 en la ciudad de Podgorica, capital de Montenegro. Sus primeros contactos con un balón fueron en el fútbol pero como crecía y crecía, mide 2,08m, su abuelo lo convenció para que cambiara de deporte. Niko empezó a jugar tarde a baloncesto, pero nunca es demasiado tarde si por tus venas corren una suma de talento, disciplina y competitividad. Así que empezó a jugar en 2004, con 13 años, en la Joker School de Podgorica a las órdenes Jadran Vujacic, ex jugador de Partizan y Olimpia entre otros clubs y solo un año después, con 14, lo fichó el Real Madrid. ¡Vaya crack! Con los años Nikola se casó con Nina Vujacic hija de su mentor. Niko es un hombre de fe. Es ortodoxo cristiano y le pide a Dios que lo ayude y lo lleve por donde lo tenga que llevar.
Después de su primer contrato júnior con el club blanco todo ocurrió muy rápido. La vida de los elegidos es así. Y la temporada 2010-2011 debutó en el primer equipo a las órdenes de Ettore Messina. Ese mismo año le fue otorgada la nacionalidad española. Niko estuvo en el club blanco hasta la temporada 2013-2014 donde ganó una liga ACB, dos Copas del Rey y dos Supercopas de España. A título personal fue MVP de la liga regular 2012-2013 y MVP de la Copa del Rey 2013-2014. Luego pasó lo que tenia que pasar y Niko puso rumbo a la NBA. Jugó en los Bulls del 2014 al 2018, en su última temporada en Chicago su compañero de equipo Bobby Portis le fracturó la mandíbula de un puñetazo durante un entrenamiento ¡Bum! Luego en la misma temporada 2018 fue traspasado a los Pelicans con los que jugó hasta febrero de 2019 para ser finalmente traspasado a los Milwaukee Bucks, su último equipo NBA. En sus cinco temporadas en la NBA promedió, 12 puntos y 6 rebotes en 24 minutos por partido.
Niko se sentía cansado de ser intercambiado como un cromo de Panini por directivos de la NBA. Después de acabar su temporada con los Bucks y mientras estaba de vacaciones de verano en Salónica (Grecia) hizo lo que todos hemos fantaseado hacer algún vez: dar un giro a nuestra vida.
Todo ocurrió una mañana de finales de junio cuando recibió una llamada de su agente diciéndole que tenía de cortar sus vacaciones y dejar a su familia unos días para irse a firmar un nuevo contrato. Los Utah Jazz le ofrecían 3 años por 45 millones de dólares. Nikola, con su mente en piloto automático, hizo la maleta y se fue al aeropuerto de Salónica con destino Utah para firmar su nuevo contrato que lo haría un poco más rico de lo que ya era. Fue entonces cuando él, un tipo humilde poco amante de los relojes de oro y de vacaciones en las Bahamas, se vio solo y sentado en una silla incómoda de un aeropuerto griego apunto de coger un avión hacía una ciudad con una temperatura media en invierno de menos ocho grados centígrados.
En ese momento, Nikola y hizo lo que toda persona soñó en hacer algún día: decir no a una oferta, que como diría Vito Corleone, no podía rechazar. Nikola llamó a su agente. Le dijo que les pidiera disculpas a los señores de Utah de su parte y llamó a su mujer para decirle que no cogería ese avión. Que la aventura americana había terminado para ellos y que se quedarían a vivir en Europa. Niko estaba harto de ser uno más en un equipo de la NBA y necesitaba volver a ser el líder que siempre había sido, quería ser el tipo que tirará el último tiro y levantara los títulos de MVP.
Entonces la negativa de Mirotic a seguir en la NBA corrió como la pólvora en los despachos de los equipos grandes de Europa y finalmente fue el Barcelona quien se hizo con sus servicios convirtiéndose en el jugador mejor pagado de Europa. Este fichaje hizo que la afición de su ex equipo, el Real Madrid, lo acusara de traidor y como tristemente suele pasar, pasó de aplaudirle a llamarlo rata y pesetero. Niko jugó en el Barça de la temporada 19-20 a la 22-23 donde promedió 15,5 puntos, 5 rebotes y 18,3 de valoración. En las filas del club catalán ganó dos Copas del Rey y una liga. En su último partido en el Palau Blaugrana contra el Madrid (segundo partido de la final) fue ovacionado por su afición que no acabó de entender nunca su marcha. En ese último partido en el Palau Niko anotó 25 puntos y se fue al vestuario entre lágrimas. En el siguiente partido de la final en Madrid el Barça ganó y se proclamó campeón de liga con Niko de MVP. Al ser preguntado porque sus hijos no se desplazaron a la capital a ver a su padre levantar el título de liga Mirotic dijo: que no quería que sus hijos escucharan como la afición blanca le llamaba rata apestosa, hijo de … y pesetero.
Ahora Niko sigue triunfando en el Olimpia de Milán. Se ha comprado en Serbia una granja donde tiene ovejas y produce queso. Y está tranquilo porque después de 15 años de carrera ha podido demostrar su talento y sobre todo construir una vida familiar sólida junto su esposa Nina. Podgorica, Madrid, Chicago, Barcelona, Milán…¿Cuál será su próxima parada? Aún nadie lo sabe. Pero sea donde sea Niko se dejará guiar por su familia y su fe en Dios que le ayudará a tomar las mejores decisiones ante los nuevos desafíos que aparezcan en su vida.
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Ficha del autor
Bienvenido a «Media distancia». Aquí podrás leer historias sobre jugadores de baloncesto. ¿Te has parado a pensar que estos tipos muchas veces son injustamente criticados por los aficionados? ¿Te has parado a pensar que todos ellos son unos elegidos, unos talentosos y unos héroes para grandes y pequeños? Pues quiero escribir sobre ellos. Sin darle importancia a si juegan en un club o en otro. Quiero escribir sobre sus victorias y derrotas. Y sobre todo quiero escribir sobre los Clarks Kents, las personas normales que se esconden detrás de los héroes de la pelota naranja.
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