Copa de Europa 1980: El Real Madrid vuelve a reinar en Europa
En un formato, un tanto peculiar, cada equipo debía jugar una previa compuesta por seis grupos de cuatro equipos. El primero de cada grupo pasaba a liguilla semifinal para, en un enfrentamiento de todos contra todos, decidir qué dos equipos se jugaban el título en la final.
Por suerte, este invento de la FIBA, solo estuvo en vigor desde 1977 hasta 1982. Aunque, anteriormente también hubo formatos que podrían considerarse un auténtico despropósito.
Pero vayamos a la edición de 1980.
El Real Madrid se clasifica para la liguilla final de Copa de Europa, al deshacerse sin problemas del Crystal Palace (Inglaterra), Steunsgade (Dinamarca) y del Leverkusen (Alemania).
Se clasifican también el actual campeón, el Bosna de Sarajevo (Yugoslavia), el Den Bosch (Holanda), Maccabi Tel Aviv (Israel), Virtus Sinudyne de Bolonia (Italia) y el Partizán de Belgrado (Yugoslavia).
Liguilla Final
La primera jornada supuso el triunfo del Real Madrid en su visita a Bolonia. Un gran partido de Brabender y Walter en ataque y un sensacional Rullán en defensa, marcaron el camino a sus compañeros para demostrar su superioridad ante la Sinudyne, y vencer por 85-94.
En el duelo yugoslavo, el Partizán venció al Bosna por un 96-93.
El Maccabi tuvo más problemas de lo previsto, y se impuso al Den Bosch por un mínimo margen: 87-86.
Una amplia victoria del Real Madrid ante el Partizán por 110-83 es lo más destacado de la segunda jornada. Dalipagic no tuvo suficiente ayuda de sus compañeros. Dragan Kicanovic fue la notable ausencia del conjunto plavi, al estar realizando el servicio militar.
Derrota del conjunto español, en la tercera jornada, en su visita a Sarajevo. Cayó por un corto margen de dos puntos, 98-96, en un encuentro en el Real Madrid mereció más suerte. La actuación de los colegiados se inclinó a favor de los yugoslavos en la segunda parte.
El resto de la jornada estuvo marcada por las amplias victorias locales del Maccabi y Den Bosch ante Virtus Bolonia y Partizán, respectivamente.
Llegaban a la cuarta jornada tres equipos con un balance de dos victorias y una derrota: Real Madrid, Maccabi y Bosna. Precisamente se enfrentaban dos de ellos: Real Madrid y Maccabi.
Se impuso el conjunto español por la mínima, 97-96, en un encuentro en el que ninguno de los dos dio tregua al rival. El Maccabi dispuso de una ventaja de doce puntos en la segunda parte, pero gracias al empuje y la gran dirección de José Luis Llorente, el Real Madrid consiguió reducir la diferencia en cinco minutos. Los últimos diez minutos de encuentro fueron muy igualados.
Por su parte, Bosna y Virtus obtuvieron la victoria como visitantes, ante Den Bosch y Partizán.
El Real Madrid sufrió para ganar al Den Bosch en la quinta jornada. Este triunfo le sirvió por Maccabi, Bosna y Virtus.
Con su victoria, con autoridad ante la Virtus de Bolonia, el Real Madrid daba un pasa de gigante en el camino hacia la final. Se mantenía como líder de la clasificación con un balance de cinco victorias en seis jornadas.
Maccabi y Bosna se disputaban el segundo puesto con el mismo número de victorias y derrotas: 4-2.
El Real Madrid seguía con paso firme. Nueva victoria madridista en Belgrado. Otro encuentro fundamental, para el devenir de la clasificación final, fue el que enfrentaron al Maccabi y al Bosna. Se decidió con triunfo para los israelitas.
La octava jornada supuso el pase del Real Madrid a la final de la Copa de Europa, tras derrotar al Bosna de Sarajevo por un apretado 95-93. La diferencia entre el primero y el tercero era lo suficientemente amplia como para no alcanzarlo.
Restaban dos jornadas por jugar, y quedaba por decidir quién acompañaría al conjunto español a la final.
El duelo entre Maccabi y Real Madrid, a disputarse en “La Mano de Elías”, marcaba la clasificación del conjunto israelí si conseguían el triunfo en su pista. Y lo consiguieron en un partido muy igualado, que se decidió mediada la segunda parte. El resultado final: 110-100.
Las victorias del Bosna y de la Virtus, ante Den Bosch y Partizán respectivamente, carecían ya de importancia. Así como la última jornada de la liguilla. El Maccabi tenía una victoria más que Bosna y Virtus, así como el factor basket-average a favor ante yugoslavos e italianos.
En esa última jornada, el Real Madrid cayó derrotado por 79-75 en la pista del Den Bosch. El Bosna derrotó a la Virtus y el Maccabi hizo lo propio con el Partizán.
Maccabi y Real Madrid disputarían la final de la Copa de Europa en Berlín. Ambos conjuntos habían logrado finalmente un balance de 7-3.
Cabe resaltar al Partizán y al Den Bosch, entre los equipos participantes. Mientras los yugoslavos ocuparon la última plaza, lastrados quizás por la ausencia del genial Dragan Kicanovic, los holandeses obtuvieron cuatro victorias: las dos ante el Partizán, una ante la Virtus y la última al Real Madrid.
Previa
Walter Szczerbiak contestaba así a la pregunta sobre cómo llegaba a esta final al haber disputado pocos encuentros durante la temporada: “Tengo dificultades para lograr adaptarme al ritmo de mis compañeros. El actuar sólo en competiciones europeas trae consigo esa consecuencia. A pesar de no jugar la Liga, pienso que esta campaña para mí ha sido positiva.”
Hay que recordar que, en 1980, la Liga de baloncesto sólo permitía la inscripción de un jugador extranjero. En las competiciones europeas, podían jugar dos.
Sobre la competición: “De todas las liguillas que he disputado, esta ha sido la que ha reflejado más igualdad. Casi todos los partidos han llegado al final con escasos márgenes de puntos. Si exceptuamos al Partizán, que ha sufrid la ausencia de Kicanovic, el equilibrio ha sido la nota dominante de este Campeonato.”
Sus compañeros: “El poder de reacción de todos los jugadores ha sido lo más positivo. Muchos de los encuentros se pusieron cuesta arriba y gracias a la combatividad de todos, los sacamos adelante.”
Derrotas ante Maccabi y Den Bosch: “Los dos últimos partidos entran dentro de la lógica. Ya teníamos nuestra clasificación, y el Maccabi necesitaba ganarnos para asegurarse una plaza en Berlín. Por tanto, las motivaciones eran distintas. Contra el Den Bosch, ensayamos nuevas tácticas con vistas al choque de Copa ante el Barcelona. A pesar de todo, realizamos dos buenos encuentros.”
El rival: “Creo que el favorito es el Maccabi. Tiene una plantilla amplia y plagada de internacionales. Hasta su séptimo hombre defiende los colores de la selección de su país que, no olvidemos, es subcampeona de Europa.”
Clave: “La clave estará, sin duda, en la defensa y los rebotes. Si nos mantenemos bien en los rebotes y la defensa es lo suficientemente dura para que lancen con dificulta, la victoria no se nos escapará.”
Tercera final para Lolo Sainz, como entrenador del Real Madrid. Las dos anteriores tuvieron al mismo rival, el Pallacanestro Varese, con derrota en 1976 y victoria en 1978.
Antes de jugar la final, comentaba lo siguiente a la prensa:
“En Berlín, creo que estaremos los mejores equipos. De diez partidos hemos ganado siete cada uno. También hemos sido los más regulares. A ninguno nos han regalado nada.”
Sus jugadores: “Mis hombres están todos en perfectas condiciones, con mucha moral y mentalizados para jugar este encuentro. Todos son conscientes de que para ganar al Maccabi tendremos que hacer mucho baloncesto.”
El rival: “Me tiene aterrorizado su poderío reboteador, pues en todo momento actúan con tres hombres superiores a los dos metros y que van al rebote, tanto defensivo como ofensivo. Como solución, que Rullán y Meister estén muchos minutos en pista, pues si me quitan a uno de los dos, se nos puede complicar mucho el partido.”
Clave: “Mi equipo tiene que controlar el rebote defensivo, y para ello necesitará la ayuda de los aleros. Pero para ganar un título de Europa en un solo encuentro hay que hacer todas las cosas bien.”
“Este partido lo vengo preparando desde hace mucho tiempo y espero sorprenderlo. N será fácil porque los dos equipos nos conocemos muy bien. ¿Romper su zona? A base de rapidez, que es una de nuestras ventajas, ya que si descomponemos su sistema 3-2 habremos ganado mucho en ataque.”
Ralph Klein, entrenador del Maccabi, señalaba: “Somos dos equipos de parecido nivel. El Madrid tiene mejor historial, pero en estos momentos nosotros hemos llegado a una altura considerable y vamos a intentar nuestra segunda Copa de Europa.”
Resultados previos: “Confirman que estamos en un gran momento, pero es una final en campo neutral. Es completamente diferente. Influyen otros factores, también la experiencia.”
Earl Williams: “Es un jugador que realiza su función y hasta ahora nos está siendo muy útil. Espero que no le moleste la muñeca a la hora del encuentro.”
El rival: “Del Real Madrid, temo al equipo. No sabría a quién destacar. Forman un conjunto excelente en todos los aspectos, pero considero que podemos ganar y ofrecerle el título a los aficionados que se desplazarán hasta Berlín para animarnos.”
Varios puntos parecen decantarse y que le dan un favoritismo al Maccabi: mejor momento de forma, mejor banquillo, más capacidad reboteadora…
Pero con un Real Madrid en forma, preparados mentalmente y con la suficiente confianza, todo es posible en una final.
Es la segunda final para el conjunto israelí y la decimosegunda para los españoles. No se habían enfrentado en este encuentro definitivo. El Maccabi quiere su segundo cetro continental y el Real Madrid, el séptimo.
En el conjunto español, los cambios más significativos, respecto al año anterior, son la baja de Carmelo Cabrera y las incorporaciones de José Luis Llorente y Fernando Romay.
Por parte del equipo israelí, la baja de Paul McCraken sustituido por Earl Williams.
La Final
“Buenas tardes, señoras y señores. Bienvenidos a la final de la vigésimo tercera edición de la opa de Europa de campeones de Liga 1980. Copa que ha ganado en seis ocasiones el Real Madrid y una el Maccabi de Tel Aviv. Hay una cierta inclinación de favoritismo entre los especialistas hacia el Maccabi por su mejor momento. Un equipo que está pasando por un momento moral, físico y deportivo, sobre todo de juego, extraordinario.”
Así comenzaba Héctor Quiroga la narración de esta final.
El quinteto inicial del Maccabi está compuesto por “Motti” Aroesti, Micky Berkowitz, Aulcie Perry, Lou Silver y Earl Williams. Por parte del Real Madrid, jugarán de inicio Juan Antonio Corbalán, Wayne Brabender, Walter Szczerbiak, Rafael Rullán y Randy Meister.
En el salto inicial, pugnan por hacerse con el balón Williams y Meister. La primera posesión es para el Maccabi.
Defensa individual del Real Madrid. Lanzamiento de Silver, que no entra. En la lucha por el rebote, el balón pega en la pierna de Meister y sale por la línea de fondo. Berkowitz pone en juego el balón, y el conjunto blanco ha cambiado a una defensa zonal. Unos cambios de defensa en el equipo dirigido por Lolo Sainz para intentar descentrar a los israelíes.
Balón que llega a Williams, y anota la primera canasta del encuentro.
Corbalán dirige el ataque madridista. El Maccabi, por su parte, defiende en individual.
Erró el lanzamiento Rullán y sale al contraataque el conjunto macabeo con canasta de Williams bajo el aro.
Tras hacerse con el rebote en ataque, Rullán anota apoyándose en el tablero. Primeros puntos para el conjunto español.
En una rápida transición, tras el robo de Brabender, anota Meister para colocar la igualdad en el marcador. 4-4, cuando se llevan disputados minuto y medio de la final.
Con la vuelta a la defensa individual del Real Madrid, el Maccabi debe realizar ataques más largos.
Abucheos de los seguidores israelitas, al señalar el sr. Jahoda personal de Williams sobre Rullán. El colegiado checoslovaco, se encuentra en la línea de fondo muy cerca de la acción y, la ve con claridad.
Sin embargo, el sr. Martolini, que se encontraba en el lado opuesto, indica pasos del jugador español.
Los abucheos se convierten en algarabía por el cambio de señalización. Con las consiguientes protestas del banquillo del Real Madrid. Con todo, se mantiene el criterio del colegiado italiano.
Defensas muy férreas por ambas partes no permiten que el contrario tenga buenas posiciones para recibir, ni comodidad para lanzar. Tres minutos y medio de juego y el electrónico refleja empate a 6.
Muchos nervios e imprecisiones en los dos conjuntos. Ninguno consigue imponer su ritmo de juego.
Roba el balón Corbalán y, en una rápida transición, anota Walter para situar al Real Madrid por primera vez por delante en el marcador: 12-10. Un tanteador algo bajo, si tenemos en cuenta que han transcurrido cinco minutos y medio de partido.
Nueva pérdida del Maccabi que permite otro contraataque madridista, que Meister finaliza colgándose del aro sin oposición.
Tiempo muerto solicitado por Ralph Klein, entrenador del Maccabi.
“Quedan 13 minutos y 48 segundos de juego real para el descanso. Gana el Real Madrid por 14 a 10 en una reacción con dos contraataques primordiales e importantísimos, llevados por Juan Antonio Corbalán, que le dan esta ventaja momentánea de cuatro puntos.”
Como bien apuntaba Héctor Quiroga en este comentario, una de las principales armas del Real Madrid es el contraataque. Y hasta ese momento no se había prodigado en esta faceta.
Primera canasta de Berkowitz que el sr. Jahoda, situado bajo canasta da por válida. Sin embargo, el colegiado italiano la anula desde el otro lado de la pista por falta personal del jugador israelí.
Ya llevamos dos decisiones arbitrales de una misma jugada. Y es el colegiado principal el que cambia su señalización, a pesar de estar mejor situado que su compañero. Esperemos que sea algo puntual y que el sr. Martolini no quiera ser protagonista en esta final.
Perry desatasca otros ataques imprecisos para anotar y situarse a dos puntos del rival.
A pesar de los consejos y directrices marcados por el entrenador del Maccabi, no ha conseguido cambiar nada de su juego. Ahora lo intenta realizando el primer cambio del encuentro: entra Boatwright por un Berkowitz nada acertado.
Los aficionados israelitas se hacen notar en el pabellón, silbando y abucheando el ataque del Real Madrid. Sin embargo, no animan tanto cuando es su equipo quien encara la canasta rival. Esto es bueno para el conjunto madridista, puesto que son mayoría en las gradas.
Un parcial de 8-2 en tres minutos, favorable al Real Madrid, hace que de nuevo Ralph Klein solicite otro tiempo muerto. Tiene que parar las imprecisiones, tanto en ataque como en defensa, que están demostrando sus jugadores en pista.
Vuelve a ponerse en juego el partido, tras el tiempo muerto, y Rullán anota de bandeja para situar los 10 puntos de diferencia en el marcador, 26-16, a nueve minutos para el final de la primera parte.
Berkowitz regresa a pista sustituyendo a Silver.
Nueva canasta de Rullán, que ya lleva 8 puntos.
“Está encontrando otra vez Rafael Rullán su forma de juego que había perdido en los últimos cuatro encuentros, dos de Copa del Rey y los últimos dos de la Copa de Europa”, comenta Héctor Quiroga a raíz del enceste del jugador español.
No hay que olvidar que Rullán es una pieza básica en el quinteto titular del Real Madrid, y Lolo Sainz es hombre de pocos cambios en su equipo. Los mantiene en pista todo el tiempo posible.
Otro cambio en las filas del Maccabi: Lou Silver sustituye a Aulcie Perry.
“Cuando Ralph Klein sienta a Aulcie Perry es que no funciona. A pesar de que en el conjunto del Maccabi se hace descansar a las figuras, y tiene un método de hacerles descansar y no quitarlos cuando están jugando mal, sino cuando es preciso que descansen. Pero en esta ocasión, Perry no lo está haciendo bien.” De esta forma, Héctor Quiroga nos instruye sobre la forma que tiene el entrenador macabeo de gestionar su plantilla.
Parece que ahora el conjunto israelí ha mejorado en ataque, desde el último tiempo muerto.
A pesar de eso, el Real Madrid continúa con su efectividad de cara al aro. Y la diferencia se mantiene en ocho puntos, 34-26, a falta de seis minutos para el descanso.
Le señalan la tercera falta personal a Randy Meister, hombre fundamental bajo canasta para los esquemas de Lolo Sainz.
A falta de dos minutos para el final de la primera parte, Ralph Klein sustituye a Earl Williams por Aulcie Perry. Un descanso muy merecido para el pívot del Maccabi. El marcador refleja un 44-36. El Real Madrid no le pierde la cara al partido.
Mientras el entrenador del Maccabi ya ha efectuado algunos cambios, Lolo Sainz todavía no ha dado descanso a ninguno de sus jugadores. Mantiene en pista a su cinco titular.
Nuevo cambio en el conjunto israelí: vuelve a pista Earl Williams por Lou Silver.
A falta de 9 segundos, y con Berkowitz preparado para lanzar tiros libres, Lolo Sainz solicita su primer tiempo muerto. Quizás prepare un último ataque para irse con una buena renta al vestuario.
Transforma los dos tiros libres Berkowitz. Ataca el Real Madrid y, el lanzamiento final de Walter no entra.
De esta forma finalizan los primeros veinte minutos, con el marcador favorable al conjunto español por 48-40.
“Ocho puntos arriba, en un partido que quizá inició el Real Madrid de forma tímida ante lo que se presumía el arrollar en ataque del conjunto que dirige Ralph Klein, pero que luego se fue haciendo con el dominio, merced a la buena dirección de Juan Antonio Corbalán, y sobre todo con la gran actuación de Rafael Rullán y la de Randy Meister.” Así resumía Héctor Quiroga estos primeros veinte minutos.
Si bien el Real Madrid estuvo bien dirigido por Corbalán, sabiendo cuándo hay que correr y cuándo pausar el ataque, y las anotaciones de Rullán, con 12 puntos, y de Meister, con 18, hay que añadir las grandes defensas de Brabender y de Walter sobre Berkowitz y Silver, respectivamente.
Héctor Quiroga consigue que Cristóbal Rodríguez se acerque a los micrófonos de Televisión Española, y de su visión de lo ocurrido en esta primera parte y lo que espera de la segunda.
“Yo pienso que hay una cosa importa en este partido de Copa de Europa que creo se ha conseguido: el primero que se pone por delante en el marcador coge mucha confianza y hace que el equipo contrario tenga un poco de nerviosismo. El Maccabi se ha dado cuenta que está pagando un exceso de confianza.
El éxito del Real Madrid en la primera parte ha estado en el perfecto planteamiento de Lolo Sainz con cambios de defensa según el tipo de ataque del rival.”
“Ahora el Maccabi es más peligroso: ha perdido ese exceso de confianza, ve al Real Madrid como favorito y querrán reponerse. Los primeros minutos van a ser muy importantes. Si se mantiene esa ventaja, creo que podemos conseguir la victoria.”
Se inicia la segunda parte. Mientras el Real Madrid continúa con los mismos cinco jugadores, Corbalán, Brabender, Walter, Rullán y Meister, el Maccabi lo hace con Aroesti, Berkowitz, Perry, Boatwright y Williams.
En esta ocasión, la primera posesión es para el conjunto español. Anota Rullán, en suspensión contra el tablero, para inaugurar el segundo tiempo.
Unas buenas acciones del Real Madrid sitúan el marcador en un 55-42. Ralph Klein da entrada a Silver por Berkowitz.
El juego se embarulla por momentos, merced a las imprecisiones en ambos bandos. Ninguno de los dos equipos consigue imponer su juego. Esto beneficia al conjunto madridista, que va por delante en el electrónico y ya han transcurrido cinco minutos de la segunda parte. Shmuel Zysman sustituye a Motti Aroesti.
Una canasta al contraataque de Berkowitz junto con otra de Boatwright en suspensión, hace que el Maccabi reduzca la diferencia a 7 puntos. Ahora la hinchada israelí anima con más fuerza a los suyos.
Otra vez el sr. Martolini se erige como protagonista. Corbalán mete un balón a Meister bajo canasta. Cuando se va a levantar para lanzar, el sr. Jahoda, situado a su lado, sanciona la acción con “dobles”. Pero en el momento en que Berkowitz se dispone a poner el balón en juego, el colegiado italiano aparece por el otro lado del campo indicando falta de Silver. Con las consiguientes protestas de los israelitas.
Realmente tenía razón el árbitro checoslovaco. Meister había cometido una infracción y estaba perfectamente situado. Pero no se entiende que, siendo el colegiado principal del encuentro, no rebata la decisión de su compañero que se encontraba en el otro lado de la pista y estaba tapado por varios jugadores.
Nuevo cambio en el Maccabi: entra Perry en sustitución de Silver.
Restan 14 minutos y Boatwright coloca el 60-53 en el marcador.
A estas alturas del encuentro, las faltas pueden ser un problema para el Real Madrid. Hombres tan importantes, hasta este momento, como Meister, Rullán y Corbalán llevan 4 personales. Tendrán que tener mucho cuidado a la hora de defender para no quedar eliminados. Sobre todo, porque queda mucho tiempo para la finalización del encuentro.
Más cambios en el Maccabi: Keren sustituye a Berkowitz. Mientra Klein ya ha utilizado a ocho jugadores, Lolo Sainz mantiene en pista a los mismo cinco jugadores que comenzaron el partido.
Brabender anota, para situar el 72-59 en el marcador, cuando se cumplen 10 minutos de la segunda parte.
Debe hacer algo más el Maccabi si quiere tener opciones de llevarse un encuentro que, por ahora, tiene dominado el Real Madrid.
Tiempo muerto solicitado por Ralph Klein.
Corbalán comete falta sobre Williams a falta de nueve minutos y medio para el final. Es su quinta personal. Primer hombre eliminado del partido. Lo sustituye José Luis Llorente.
“Se despide Corbalán, dando entrada a Llorente. Ha hecho un partido sensacional, el base titular madridista, Juan Antonio Corbalán. Serio hándicap a pesar de que Llorente sabemos de su fuerza y su potencia y puede resolver muchas papeletas.” Así comentaba Héctor Quiroga la eliminación de Corbalán y la entrada en juego de Llorente.
Tras los dos tiros anotados por Perry, el conjunto israelí realiza una presión en toda la pista para intentar enjugar la diferencia de doce puntos que mantiene el Real Madrid en el marcador: 75-63.
Anota Rullán dos tiros libres. En el siguiente ataque macabeo, el sr. Jahoda señala falta de Meister por desplazar a Williams bajo el tablero, y que finaliza con canasta para el Maccabi. Y así lo indica el árbitro a la mesa de anotadores. Supone la quinta personal de Meister. Segundo jugador eliminado en el conjunto español. En su lugar entra en pista Josean Querejeta.
A mi modo de ver, es una lucha limpia entre ambos jugadores. No se aprecia, en ningún momento, el desplazamiento que indica el colegiado checoslovaco.
Una pérdida importante para el Real Madrid, tal y como comenta Héctor Quiroga: “Personal de Meister. La quinta. Ahora sí que ha perdido el Madrid un auténtico baluarte. Problemas para Lolo Sainz.”
Dos eliminaciones en menos de un minuto.
Cuando se dispone Williams a lanzar el tiro libre adicional, el sr. Jahoda se dirige a la mesa de anotadores para indicar la anulación de la canasta. Además, decide que la acción no era de tiro y le concede sólo dos tiros libres al pívot norteamericano del Maccabi.
Anota los dos tiros, y sitúa el marcador en 77-65.
Unas decisiones arbitrales un tanto dudosas, por parte del sr. Jahoda, hacen que el Maccabi se acerque en el electrónico hasta poner el 81-73 a falta de seis minutos y medio. Llama la atención que señalen faltas a algunos jugadores del Real Madrid al mínimo contacto, cuando se ha permitido este tipo de acciones durante todo el encuentro. Son unos contactos y acciones que no se castigan en ningún momento, pero ¿hay que darle emoción a la final?
Williams comete su tercera falta al intentar taponar el lanzamiento de Querejeta bajo el tablero. Anota los dos tiros libres Josean Querejeta y vuelve a situar los diez puntos de diferencia favorables al Real Madrid.
Paran el juego los colegiados al quejarse Rullán de un golpe en la cara. En este caso, es el italiano Martolini, el que se ha inhibido de señalar alguna acción punible. A pesar de encontrarse cerca de la acción.
“Ha habido un golpe a Rafael Rullán de Perry, que está jugando bajo el tablero bastante sucio. Por otra parte, defiende de forma ‘muy americana’ y los codazos están a la orden del día”, comenta Héctor Quiroga sobre esta acción.
Vuelve el griterío y los ánimos por parte de los aficionados israelitas al anotar Williams y colocar el 83-78 en el marcador. Ahora se celebra cada acción del Maccabi, puesto que ven que su equipo tiene opciones de ganar el encuentro a falta de cinco minutos.
“¡Cómo está jugando Williams! Es el auténtico héroe del partido. El Maccabi se coloca a tres puntos, 83-80. Y esto es un auténtico manicomio de gritos y ruidos por parte de los seguidores del Maccabi”, señala Héctor Quiroga.
Pero José Luis Llorente anota y se encarga de bajar un poco los ánimos israelís de las gradas.
Lolo Sainz solicita tiempo muerto a falta de cuatro minutos. Hay que serenar a sus jugadores para que afronten este final de partido con cabeza y sin precipitaciones.
Finalizado el tiempo muerto, Ralph Klein solicita por su parte otro.
Otra falta, algo dudosa, de Querejeta. Es su tercera personal. Y Lolo Sainz lo sustituye por Luis María Prada. Desde su salida a pista, los colegiados le han señalado tres faltas que no indicarían ni a Perry ni a Williams. Y eso, que estos dos jugadores han “repartido” a los rivales.
El sr. Jahoda señala falta de Perry sobre Rullán, con la consiguiente protesta del jugador israelí. Es la quinta personal, y primer jugador eliminado del Maccabi. Entra en su lugar Lou Silver.
Rullán coloca el 86-81 a falta de tres minutos y medio.
Todavía no hay nada decidido.
Presiona el Maccabi en defensa, con algunos robos. Pero las imprecisiones en el tiro hacen que su esfuerzo no se refleje en el marcador.
Brabender anota desde el tiro libre. 89-83. Restan dos minutos.
Ralph Klein sustituye a un desdibujado Berkowitz para dar entrada a Schwartz.
Falla Boatwright el tiro. Brabender se hace finalmente con el rebote y Lolo Sainz reclama tranquilidad a sus jugadores.
Mueve bien el balón el Real Madrid y, cuando inicia la penetración hacia el aro, Llorente es objeto de falta. Elige sacar de banda el conjunto español. Queda poco más de un minuto de juego.
Falta de Silver sobre Rullán y, Brabender vuelve a solicitar saque de banda. 56 segundos para el final.
Pone el balón en juego, pero el Maccabi consigue robarlo merced a una defensa presionante.
El balón llega a Boatwright en la zona madridista y Prada comete falta personal.
Falla el primero, pero anota los dos restantes. 89-85.
Mantienen la posesión los jugadores del Real Madrid, a pesar de la presión de los componentes del Maccabi en su intento de robar el balón.
Anota Brabender, pero anulan la canasta al señalar tres segundos en zona de Prada.
Quince segundos para remontar cuatro puntos.
Sacan rápido los macabeos. Silver falla el lanzamiento. El rebote cae en manos de Boatwright, que tampoco acierta a encestar. Rebote largo que vuelve a capturar el propio Boatwright. Su tiro golpea en el aro y no entra. Walter se hace con el balón. Y lo aguanta hasta consumir los segundos que quedaban.
“Termina el partido. Y el Real Madrid, campeón de Europa por séptima vez. 89-85. Triunfo merecido del conjunto madridista, que se batió como los mejores. Aguantó perfectamente al final, y ha ganado brillantemente en uno de los finales de más nervios, de más emoción que se recuerdan en una final muy parecida, que el Maccabi le ganó al Mobilgirgi Varese, en el año 1977, cuando venció por un punto.” De esta forma Héctor Quiroga daba por finalizada la retransmisión.
Reacciones tras el partido
Lolo Sainz, entrenador del Real Madrid, declaraba tras la final: “Tengo que decir que no cae otra cosa que elogios para mis jugadores, que se han volcado por completo cuando al final las circunstancias eran francamente desfavorables.”
La segunda Copa de Europa que se consigue en Alemania, la anterior fue en Munich ante Varese: “Efectivamente. Vamos a tener que decir que nos da mucha suerte jugar aquí. Y por mí podría venir a disputar las restantes, naturalmente si nos aseguran igual resultado.”
La clave de la victoria: “Ya he dicho antes que la entrega de los jugadores, pero también la clave fue el iniciar hace veintiséis días la preparación del partido. Gracias a Ramón Guardiola, que ha estudiado hasta el último detalle de los israelitas, hemos podido preparar un sistema en el que hay que reconocer que ha caído el Maccabi. Se trataba de acoplar la defensa cuando algún jugador tenía que salir de la zona para controlar a su hombre. Ha sido un éxito y ahí está la victoria.”
El rival: “Ha dado su medida en las postrimerías del encuentro y, desde luego, que ha estado a punto de ponernos las cosas difíciles. Por eso, en el descanso hice ver a mis jugadores que quedaban veinte minutos de seguir luchando, porque todavía no había nada logrado.”
Controlar a Silver y Berkowitz: “También ha influido en el resultado, y todo gracias a que el Real Madrid ha preparado concienzudamente este encuentro para no dejar nada al aire.”
“Hoy es un día muy importante para todos nosotros.”
Ralph Klein, preparador del Maccabi Tel Aviv, comentaba a la prensa: “Tengo que reconocer que el Madrid ha sido justo vencedor de esta Copa de Europa. Ha realizado un juego muy inteligente, y mis hombres no han sabido reaccionar. Pero, de todas formas, hemos perdido ante un gran equipo.”
Los colegiados: “No quiero poner excusas de ningún tipo. Tengo mi opinión sobre los colegiados, pero, repito que la victoria del Madrid no tiene apelación posible. Quiero manifestar mi felicitación a este equipo, con el que tanta rivalidad tenemos, pero que en el fondo nos une también una gran amistad.”
“Me ha gustado, desde luego, la defensa. Que ha realizado un gran encuentro. Han maniatado completamente a mis hombres, que no han podido llegar al aro con la facilidad de otras ocasiones.”
Valoraciones
El Real Madrid ha jugado un partido muy inteligente, brillante en algunas facetas del juego, para ganar al Maccabi Tel Aviv.
En un ambiente dominado por los aficionados israelitas y, pese al favoritismo del conjunto macabeo, supieron cómo anular el juego rival para poco a poco afianzarse, tanto en el ritmo de partido como en el marcador.
Si Corbalán estuvo en su línea de director de juego, sabiendo en todo momento qué necesitaba su equipo, Rafael Rullán y Randy Meister estuvieron magníficos en ataque. Pero, además hay que valorar de una forma especial la defensa de Brabender y Walter Szczerbiak sobre Berkowitz y Silver, respectivamente.
Aunque es imposible anular totalmente el potencial ofensivo de un equipo como el Maccabi, si logras que dos de sus mejores anotadores se queden sin anotar, como es el caso de Silver, o que sólo pueda alcanzar los 10 puntos, Berkowitz, tienes bastante ganado.
A pesar de llevar una buena ventaja en el marcador, las eliminaciones de Corbalán y Meister junto con la intensidad que supo ejercer el equipo israelí, estuvieron a punto de dejar al Real Madrid sin el título. Pero los suplentes supieron mantener el tipo en esas circunstancias. Sobre todo José Luis Llorente, que además supo contagiar a sus compañeros con la calma necesaria para afrontar esos minutos finales. Incluida una canasta, la última en juego del conjunto madridista, que distanció a su equipo a cinco puntos cuando más apretaban los macabeos.
Todo un ejemplo de juego coral, de implicación y de esfuerzo con el que lograron alzarse con su séptimo trofeo continental. De esta forma distanciaban, en número de títulos conseguidos, a sus rivales más inmediatos: Pallacanestro Varese, con 5, y CSKA, con 4.
Los colegiados no estuvieron en la línea que demandaba una final europea. Aunque en la mayor parte del encuentro mantuvieron un nivel correcto, cuando “más caliente” estaba el partido, algunas decisiones “algo dudosas” igualaron una final que no necesitaba del protagonismo de los colegiados para darle emoción.
El árbitro italiano, Martolini, se excedió en su labor y, en algunas ocasiones rebatía las decisiones del principal, el checoslovaco Jahoda.
Esto no favorece al baloncesto.
Doce finales y siete de ellas ganadas. Este es el incomparable balance que el Real Madrid acaba de completar tras su brillante triunfo, en Berlín, ante el Maccabi Tel Aviv. Un palmarés difícilmente superable, que habla de la regularidad del conjunto madrileño, que inscribió su nombre a la élite del basket continental con su primer triunfo en la Copa de Europa en 1964.
Desde entonces, no ha dejado de aparecer como una de las más firmes potencias baloncestísticas de Europa. Los primeros años estuvieron dominados por los conjuntos soviéticos y la década de los 70 por el Pallacanestro Varese, con diez finales consecutivas. A pesar de eso, Real Madrid supo estar a la altura de las circunstancias y dejar huella en esta competición que aglutinaba a los campeones de las ligas europeas.
Un protagonista de los siete títulos es, aunque él no quiera reconocerlo, Lolo Sainz. Un hombre que no pretende acaparar el protagonismo que merece. Estuvo presente en las siete Copas de Europa conseguidas por el Real Madrid: cuatro como jugador, una como segundo entrenador a las órdenes de Pedro Ferrándiz, y dos como primer entrenador.
Dedicado a: Lolo Sainz, José Luis Llorente, Fernando Romay, Pedro Bonofiglio, Nieves Lázaro y José Luis García Molero.
Fuentes: Mundo Deportivo, AS Color, Marca, Televisión Española, YouTube.
Agradecimientos: Natxo Andreu (por su apoyo en esta andadura y su empuje a hacerlo) y a Juan Carlos (por darme una oportunidad).
Ficha del autor
Baloncesto como forma de vida
En 'Tiempo de Basket' desde 14.05.2020