Tras una muy meritoria victoria en el Amway Center ante Los Angeles Clippers, los Orlando Magic se colocan con seis triunfos y veinte derrotas. Siguen en la cola de la Conferencia Este y, a su vez, de toda la NBA. Había cierta ilusión en Florida de cara a la presente temporada, pero un cúmulo de lesiones y novatadas les han propiciado un duro golpe de realidad. Markelle Fultz, al que los problemas físicos siguen sin darle un respiro, tenía una confianza altísima en un grupo tan joven como talentoso. “4º puesto”, publicaba el base el pasado 19 de agosto en su cuenta de Twitter, asegurando que los de Jamahl Mosley podían aspirar a la ventaja de campo en primera ronda. Menos de cuatro meses después, ese objetivo se ha convertido en misión imposible. Alcanzar la zona de Play-In, repleta de equipos inestables pero con más experiencia, se antoja muy difícil.
4th seed
— Markelle Fultz (@MarkelleF) August 19, 2022
Su récord es nefasto, pero están sabiendo competir bien. Hasta 12 de sus 20 derrotas se han producido por una diferencia igual o menor a diez puntos. Además, acumulan grandes noticias a nivel individual. Paolo Banchero, último número uno del Draft, está haciendo gala de un talento sobre el que construir un proyecto ganador; Franz Wagner, uno de los novatos más destacados de la pasada campaña, sigue progresando y perfilándose como un perfecto candidato a escudero de lujo en un contender; y Bol Bol, al que muchos ya daban por perdido como jugador NBA, se ha consolidado como un jugador importante en la rotación de Mosley. Sin embargo, solamente el alemán y el sursudanés –éste solo había disputado 53 encuentros en sus tres primeras temporadas como profesional- han jugado los 26 partidos posibles.
Banchero, Wendell Carter Jr. y Jalen Suggs, tres de las piezas más importantes de la franquicia, combinan hasta 30 bajas en poco más de mes y medio de competición. Sin el pívot, uno de los jugadores más capacitados para aportar en contextos competitivos de la plantilla, los Magic acumulan una victoria y diez derrotas. Gary Harris y el mencionado Fultz han disputado seis y cinco encuentros, respectivamente. Cole Anthony no ha podido estar en 17 compromisos y Jonathan Isaac, que prepara su regreso en la NBA G-League con los Lakeland Magic, no juega un partido de baloncesto desde 2020. En definitiva, las lesiones están limitando las aspiraciones de este joven grupo en la actual regular season. Ahora bien, no es su único problema.
Mosley, consciente del potencial de algunos de sus jugadores, no ha escatimado en experimentos. Hemos visto al menor de los Wagner como principal generador con balón durante muchos minutos –las bajas de Fultz y Anthony también han tenido un impacto aquí, por supuesto-, ejerciendo de manejador en situaciones de bloqueo directo con más frecuencia que en su curso como novato. El head coach de 44 años ha dado libertad ofensiva a un Banchero que necesita un amplio margen de error para seguir madurando y, por supuesto, a un Bol al que necesitan descifrar lo más pronto posible. Pero llegará el día en el que, lógicamente, esa flexibilidad se verá reducida.
A falta de posibles incorporaciones vía Draft –de momento, apuntan a elección muy alta-, la base del proyecto está formada por Banchero y Wagner. Jeff Weltman y John Hammond desde los despachos, con la colaboración de Mosley desde el banquillo, deberán hacer todo lo posible para que sus dos estrellas encajen bien sobre la cancha. Junto a los jóvenes talentos de 20 y 21 años respectivamente, Carter Jr. parece la otra pieza imprescindible. Con un contrato descendiente hasta 2026 (50 millones por cuatro temporadas), completa un frontcourt titular de alto potencial defensivo y con capacidad de abrir la pista en ataque.
¿Dónde están las dudas? En las posiciones exteriores, claro. Con dos generadores que rozan los 210 cm de altura, Orlando necesita amenazas fiables y efectivas en el tiro de larga distancia. Markelle Fultz, Jalen Suggs y Cole Anthony no cumplen ese perfil –al menos, para compartir cancha con los dos-. Si bien los manejadores exteriores son imprescindibles, estos Magic necesitarán alguno capaz de producir a un alto nivel sin acaparar demasiado balón. Tienen, desde luego, activos para buscar y lograr hacerse con ese tipo de jugadores en los próximos meses. Con la mirada puesta en un Draft 2023 en el que pueden tener dos elecciones de lotería –la de los Bulls tiene protección top 4-, les será imposible esquivar la exigencia de ser agresivos en verano. Porque ser competitivos ya será una obligación en 2024 y porque, evidentemente, la costumbre de perder no desaparece de un día para otro.
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Estudiante de periodismo en la UMH. Amante del baloncesto y de la NBA en particular.
En 'Tiempo D3 Basket' desde el 27.09.2022