La temporada 1988/89 de la liga soviética tuvo un desarrollo y un desenlace inesperados. El Zalgiris de Kaunas había interrumpido durante tres años (1985,86,87) el dominio del CSKA Moscú que había ganado 16 de las 17 ediciones anteriores. El Dinamo Tbilisi en 1968 había sido el último campeón no ruso. El Zalgiris de Kaunas, liderado por un Arvydas Sabonis que había establecido esa misma temporada el récord de anotación (53 pts) de la liga soviética, acabó en primera posición la temporada regular.
El Budivelnyk de Kiev sorprendentemente acabó en segunda posición por delante del CSKA de Moscú. Inicialmente el campeón de la liga regular sería proclamado como campeón de la liga soviética, pero a última hora se decidió que el título se jugaría en una final al mejor de tres partidos. El primer partido se celebraría en Kiev, el segundo en Kaunas, y si hiciera falta un tercero, el desempate tendría lugar en la capital lituana.
El Budivelnyk de Kiev, entrenado por Viktor Bozhenar, se había reforzado esa misma temporada con la incorporación de Alexander Volkov, procedente del CSKA. Además de Volkov, también se habían reforzado con Eugeny Dolgov, Alexander Shevchenko, Vladimir Levitsky y Eugeny Murzin. La plantilla ya contaba entre sus mejores hombres con Alexander Belostenny , Andrey Podkovyrov o Andrey Shaptala.
El equipo ucraniano venció en el primer partido por un ajustado 97-94. Volkov con 25 puntos y Shaptala (20 pts y 5 triples) fueron los más destacados del bando ganador. Tres días después se jugó el segundo partido en Kaunas. Sabonis causó baja por una lesión. El equipo local notó su ausencia y el Budivelnyk, que llegó a contar con una renta de 16 puntos, estaba en disposición de dar la sorpresa a falta de unos segundos (81-87), pero dos triples milagrosos de Homicius y Krapikas empataron el partido a falta de 9 segundos. En el tiempo restante Volkov cruzó la cancha botando, con más parsimonia de lo que requería la ocasión. El tiempo se le echó encima antes de encontrar un pase a un compañero y se vio en la obligación de lanzar desde unos 9 metros anotando el triple de la victoria sobre la bocina.
Todos los integrantes del equipo visitante se abrazaron celebrando la victoria, pero los colegiados después de unos minutos decidieron anular la canasta alegando que estaba fuera de tiempo. Tuvieron que hacer regresar de los vestuarios a toda la plantilla del Zalgiris. Algunos de ellos ya se habían quitado la ropa y las zapatillas. El partido se fue a la prórroga y los lituanos se impusieron por 98-93, con una actuación destacada de Kurtinaitis (30 pts) y Homicius (22 pts).
Después del partido estalló el escándalo. El periódico «Soviet Sport» publicó una imagen con el reloj sobreimpresionado, donde se veía claramente que Volkov logró lanzar la pelota antes de que el tiempo se agotara. Un día después estaba programado el partido de desempate en Kaunas, de cuyo ganador saldría el campeón de liga. El equipo ucraniano decidió no iba a saltar a la cancha. Al salir del hotel hacia el Palacio de Deportes, Viktor Bozhenar decidió dar la vuelta al autobús y su equipos se dirigió directamente al aeropuerto para coger un avión a Moscú.
Mientras tanto el Sporthall de Kaunas al completo, el Zalgiris con Sabonis recuperado y el trío arbitral esperaban la aparición del equipo ucraniano que presentó una protesta formal por el resultado del segundo partido. El presidente de la Federación de Baloncesto de la URSS finalmente admitió el error de los árbitros y aceptó la protesta: Budivelnyk se convirtió en el nuevo campeón. El proyecto del equipo ucraniano fue tan exitoso como efímero. Volkov puso rumbo a la NBA para enrolarse en las filas de los Atlanta Hawks, mientras que Alexander Belostenny fichó por el CAI Zaragoza de la ACB.
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