El último vuelo de los Sonics

21 noviembre 2025

La atmósfera del pabellón era electrizante… 17.072 gargantas desprendían una energía como si de un partido de playoffs se tratara, pero lo cierto es que el equipo local llevaba 19 victorias y 61 derrotas. El ambiente del Key Arena recordaba al de las finales jugadas 12 años antes. Las probabilidades de perder la franquicia eran muy grandes. Había un ambiente en el aire de ansiedad e incertidumbre, pero nadie esperaba unos meses antes que tal cosa fuera a suceder, no en Seattle.

Había tantas cosas extrañas. La presencia uniformada de la policía de Seattle fue significativa, y probablemente la más numerosa que jamás fue asignada a un partido de baloncesto. No sabían si la gente invadiría la cancha al final del partido. Era una sensación incómoda para todos los que estaban ahí presenciando el encuentro. Básicamente las fuerzas de seguridad habían dado recomendaciones a los miembros de la franquicia y a los diferentes medios de comunicación que no tratarán aquel evento como si fuera el último partido que se disputaría en aquel pabellón.

A falta de un minuto y medio , los Sonics con todo el público volcado dieron la vuelta al marcador endosado un parcial de 8-0 y evitando que los Mavericks, su rival esa noche, anotaran en ese periodo. A pocos segundos del final Kevin Durant anotaba la canasta que casi aseguraba la victoria de su equipo.

Después de esa canasta, Kevin retrocedió hacia su campo agitando los brazos e implorando a los fanáticos que entonaran el cántico de «Save Our Sonics». La condición de rookie contrastaba con la emoción que mostraba, como si fuera un veterano con más de una década en la franquicia. Era muy real. Durant se dio cuenta de que aquel era un momento realmente importante para aquella ciudad y para unos aficionados que habían estado animando a ese equipo durante 41 años.

Era un grito primitivo, una llamada de socorro que los caprichosos y multimillonarios propietarios y los políticos que buscaban proteger sus propios intereses, no escucharon. La pasión y la desesperación del Key Arena encogió el corazón de muchos de los presentes. Miles de lágrimas descendiendo por los rostros de los aficionados de Seattle nos hicieron ver que probablemente habían sido testigos del fin de una franquicia que les había proporcionado muchas alegrías.

«Las Storm han hecho una gran papel para la ciudad, al igual que los Seahawks, pero todo el mundo del deporte sabe que la ciudad de Seattle sin los Sonics está incompleta».- KEVIN DURANT

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