El culebrón Kevin Durant es el último caso donde se ve la nueva realidad de la NBA. Desde el famoso “The decision” de Lebron, poco a poco los jugadores (sobre todo las estrellas) ven como su poder de decisión aumenta. Si bien es cierto que los jugadores de nivel medio y bajo siguen siendo parte del “bussines” de la NBA, sirviendo casi siempre como monedas de cambio, los jugadores top son dueños de sí mismos, con todo lo que esto conlleva.
Las firmas de contratos largos cada vez valen menos. Estamos viendo como las largas extensiones de 4+1 y los supermáximos no le dan, al equipo que los firma, ninguna seguridad de que esa estrella va a quedarse. KD en estos momentos está como loco por salir, Harden el año pasado, Kyrie y sus pajaritos atrapados (pese a coger POs…) rumores de grandes estrellas “hartas” de sus franquicias que quieren nuevos escenarios… Hay una gran variedad de casos que cada día generan más preocupación en los General Managers y el poder que tienen.
La pregunta es… ¿Hacia dónde se dirige el poder de los jugadores? Vaya por delante que siempre han de ser ellos los que decidan su futuro, nos aproximamos a un futuro donde las franquicias no van a ser más que lugares donde los jugadores estén hasta que les apetezca, sin ellas poder hacer nada, lo que, de cara a construcciones a futuro, pone en peligro la gestión de estas.
Con las subidas que están aconteciendo en los límites salariales y los impuestos de lujo, los contratos siendo cada vez son más exagerados en términos económicos, los equipos necesitan tener algún tipo de “seguro” a la hora de armar los equipos. Veremos que hace la NBA para paliar esta situación.
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Guitarrista (Grupo Nebraska, kondiosou y Second Chance), canastas y videojuegos cuando toca.
En 'Tiempo de Basket' desde 03.01.2022
