Hace tres décadas, Betty y Mustapha Garuna dejaron atrás Nigeria para aventurarse en un viaje por Europa buscando un futuro mejor. Primero ella, un par de años más tarde él, iniciaron su andadura con un intento fallido en Bélgica para, finalmente, asentarse en España.
Usman Garuba y el Real Madrid
Los Garuba, ya establecidos en Azuqueca de Henares, localidad muy cercana a Madrid, tuvieron a su primer hijo en 2002. Le llamaron Usman. El chico no tardó en despuntar con el balón entre las manos. A su tremenda estatura y su talento le añadió desde siempre intensidad y esfuerzo, dos aspectos innegociables.
Tanto destacaba que los ojeadores del Real Madrid no dudaron en echarle el lazo. Rápidamente, Garuba demostró que no se habían equivocado. Un aluvión de trofeos y distinciones individuales, jalonaron una progresión meteórica en la que le ayudó mucho jugar en categorías superiores a la que le correspondía. La diferencia, decisiva en etapas de formación, no se notaba en absoluto. Usman no sólo no desentonaba sino que inclinaba la balanza de su lado.
A nadie le sorprendió, por tanto, que Usman Garuba rompiera todas las previsiones y se plantara en el primer equipo con 16 años para convertirse en el tercero más joven en debutar con los blancos. Por delante, Roberto Núñez y un tal Luka Doncic.
La precocidad del esloveno, prácticamente inédita en la élite del baloncesto, elevó el listón a lo nunca visto antes. Comentaba hace poco otro excanterano, Dino Radoncic, que las comparaciones con Doncic provocan una presión que muy pocos saben manejar. Muchos de ellos, incluido el propio Dino, han demostrado tener su parcela en el profesionalismo pero, por diversas circunstancias, pocos han conseguido rubricar tal condición como madridistas.
Esta campaña, cuando el castillo de naipes parecía derrumbarse, Garuba ha dado el salto definitivo erigiéndose como líder y siendo un pilar en la trayectoria del equipo blanco. Se fueron Campazzo y Deck pescados por la NBA, se lesionaron gravemente Randolph y Thompkins y, entre medias, los de Laso sufrieron otra serie de bajas y percances. Como consecuencia, los minutos de Garuba aumentaron a medida que avanzaba el curso.
Apadrinado por Felipe Reyes, disputa cada rebote como si le fuera la vida en ello. Estajanovista luchando por la posición en la zona, juega con descaro y no se esconde. Como un veterano de 19 años. Así enmendó su lapsus con el triple de Tobey en la semifinal contra el Valencia. Tan revolucionado iba que, antes de anotar el 2+1 definitivo que otorgaba el pase a la final, tuvo tiempo de autoinfligirse una lasina, marca registrada de su técnico.
El primer envite contra el Barcelona no tuvo el desenlace esperado. Sin embargo, hoy lo volverá a intentar con el mismo ímpetu desde el salto inicial. Cuando la temporada baje el telón, las quinielas le sitúan entre los quince primeros lugares de un draft que le abrirá de par en par las puertas de la NBA. Una competición en la que aterrizaría aún con un margen de mejora inmenso.
De manera que, si la lógica se impone, estos serán los últimos encuentros de Usman Garuba con el Real Madrid. Su hueco lo podría ocupar alguno de los recientes campeones de la Euroliga júnior (también disputada contra el Barça). Incluso puede que juegue con la misma camiseta: su hermano Sediq es uno de los candidatos.
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En 'Tiempo de Basket' desde el 14.05.2021