Ser fan de los Sixers debe ser una prueba constante de paciencia y lealtad. Con un récord de 2-11, este arranque de temporada es especialmente doloroso. Ver a este equipo que comenzó la temporada con aspiraciones al título hundirse hasta el último puesto de la Conferencia Este deja preguntas. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? ¿Qué ha fallado?
Renovación a mitad de camino
La offseason de los Sixers estaba destinada a ser el inicio de una nueva era. La llegada de Paul George como la pieza clave de un nuevo trío estelar junto a Joel Embiid y Tyrese Maxey lleno de ilusión a la afición. Sobre el papel, parecía que la gerencia había hecho los movimientos correctos: George era un refuerzo de élite, y los fichajes de Caleb Martin, Reggie Jackson, Eric Gordon y/o Guerschon Yabusele apuntaban a una rotación más profunda. Pero los cambios también dejaron interrogantes.
Sin embargo, lo más alarmante es que las piezas principales no han podido jugar juntas. Entre lesiones y suspensiones, hemos visto a Embiid, George y Maxey juntos en la cancha lo mismo que un eclipse solar. ¿Cómo podemos juzgar un equipo cuyo corazón ni siquiera ha empezado a latir al unísono?
Estrellas apagadas en el peor momento
Por mucho que duela decirlo, cuando Embiid y George han estado disponibles, no han sido ellos mismos. Joelito, el MVP de la franquicia, está irreconocible. Sus 14.7 puntos por partido y un porcentaje de tiro de 32.4% no reflejan al jugador dominante que hemos visto en temporadas pasadas. George, por su parte, no ha encontrado ritmo, especialmente desde el triple, donde apenas tiene el 28.8% de acierto.
Quizás sea cuestión de tiempo para que se adapten a jugar juntos, pero el tiempo no está del lado de los Sixers. En una Conferencia Este tan competitiva, los equipos no esperan a que sus rivales se recuperen.
El peor ataque de la NBA
Ser último en puntos por partido, porcentaje de tiros de campo y asistencias es algo difícil de asimilar para un equipo que se suponía estaría peleando por el campeonato. Ver cada posesión ofensiva de los Sixers es un recordatorio de lo mal que está todo: movimientos sin propósito, pases forzados y tiros erráticos.
La falta de cohesión es evidente, y aunque la defensa ha sido ligeramente aceptable, no es suficiente para compensar una ofensiva tan inoperante. Es frustrante ver cómo cada equipo rival parece tener una mejor idea de cómo explotarnos.
Tensiones en el vestuario: La confrontación Maxey-Embiid
El golpe más bajo vino tras la derrota ante los Heat. La reunión de equipo posterior sacó a la luz las tensiones internas. Tyrese Maxey, con una madurez que excede su edad, confrontó a Embiid por su falta de profesionalidad y puntualidad en actividades del equipo. No es fácil criticar a una superestrella, pero es un síntoma de un vestuario que busca respuestas desesperadamente.
Jared McCain, luz en la oscuridad
Entre toda esta tormenta, Jared McCain ha sido un rayo de luz. Este novato de Duke, elegido con la selección número 16 del draft, ha aprovechado la oportunidad para demostrar su valía. Desde la lesión de Maxey, McCain ha promediado 25.2 puntos por partido con una efectividad del 44.2% desde el triple. No solo aporta puntos, sino energía y confianza, algo que este equipo necesita desesperadamente.
¿Redención a la Vista?
A pesar del terrible comienzo, hay razones para tener esperanza. Los Sixers están solo a cuatro juegos del sexto lugar en la Conferencia Este. Con Embiid, George y Maxey finalmente cerca de estar en plena forma, el potencial para un cambio de rumbo está ahí. Pero también sabemos que este equipo debe demostrar que tiene el carácter necesario para superar esta adversidad.
El margen de error se ha reducido drásticamente, y cualquier nueva derrota les acerca un poco más a una temporada perdida.
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Ficha del autor
Periodista +15 años en la profesión. Los números no engañan.
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