Los de Massachussets, que terminaron la reciente campaña posicionándose en solitario como la franquicia más laureada de la historia de la NBA, buscarán repetir la hazaña pese a no tenerlas todas de su lado
Dieciocho de junio de 2024, Boston Celtics logra imponerse por 4–1 ante unos Mavericks que lo intentaron todo, pero que se toparon con uno de los equipos más rocosos y mejor construidos en toda la historia de la liga. Tres meses después, los campeones de la NBA, como de costumbre, parten como favoritos en las casas de apuestas de todo el globo para revalidar el título en la campaña 2024–25. Si bien no es de extrañar que estas cosas ocurran, lo realmente complicado es poder llevarlo a cabo. De hecho, lo más normal es que, apoyándonos en la historia de la liga y en los datos que podemos observar, los Celtics no repitan anillo este curso.
Por dar un poco más de contexto al asunto, tan solo en 22 ocasiones de 74 ediciones posibles el campeón logró repetir anillo la temporada siguiente a ganarlo, es decir, que ocurrió un 29,7% de las veces. Si nos ceñimos a los años anteriores a la famosa era del triple, el dato es incluso más bajo. Los de Massachussets no repiten anillo desde el 1969, y si hablamos de franquicias en general, los últimos en conseguirlo fueron los Warriors del 2018 de Durant, Curry y compañía. Por lo tanto, ¿es imposible que repitan? Ni muchísimo menos. ¿Significa esto que lo harán entonces? No lo podemos saber con exactitud. Lo único que sí podemos vislumbrar es otra campaña a la altura de los mejores equipos de la historia, porque estos Celtics tienen calidad y cuerda para rato, mucho rato.
A una plantilla prácticamente sin fisuras como la que tuvieron la temporada pasada, hay que añadir nombres muy interesantes como los de Loonie Walker con un contrato anual no garantizado, y el joven Baylor Scheierman seleccionado por los Celtics en el puesto 30 del último Draft. Si las altas del equipo no parecen demasiado importantes, las bajas tampoco son gran cosa de cara al funcionamiento de la maquinaria verde. Boston se deshace de los contratos de Svi Mykhailiuk y Brissett, pero logran mantener (aunque para muchos a un precio desorbitado) a su núcleo campeón de cara a la campaña 24–25. Los actuales campeones formarán quinteto con los más que conocidos Jrue Holiday, Derrick White, Jaylen Brown, Jayson Tatum y Porzingis, aunque este último tendrá que esperar varios meses hasta poder volver a las canchas con sus compañeros debido a la lesión que le acompaña desde finales del curso pasado. Si a todo ello sumamos aportación desde el banquillo de piezas como Pritchard, muy importante en los Playoffs pasados, el inagotable dominicano Al Horford, Sam Hauser o Xavier Tillman, a esperas de que un perfil como Loonie Walker pueda explotar y aportar cosas, hablamos de que Boston tiene por delante una de las campañas más ilusionantes de los últimos años, y con un núcleo que ya sabe lo que es tocar el cielo de la mejor liga del mundo.
A día de hoy, la franquicia se encuentra a la venta por el grupo propietario Boston Basketball Partners, pero se desconocen más datos e información acerca de ello por el momento. Lo que sí queda como evidencia es que la plantilla de estos Celtics rebasará por mucho los costos establecidos por la liga, posicionándose como la más cara de mantener de todas. Sin embargo, y gracias a los ingresos que esta recibe, habría que estar loco si no pones toda la carne en el asador por un plantel de estas características que, con suerte, podrían convertirse en una dinastía de cara a esta década.
Si bien las redes se han minado de comentarios negativos acerca de cómo han conseguido estos Celtics hacerse con el ansiado anillo, habría que analizar el rendimiento directo de sus rivales y el desempeño que han tenido o han dejado de tener en las eliminatorias. Si nos fijamos en las máximas estrellas o exponentes de cada uno de los rivales que enfrentó a estos Celtics en los últimos Playoffs, muchas de ellas sufrieron lesiones que los apartaron de la cancha y les impidieron poder jugar frente a los campeones. En primera ronda, con los Heat, Jimmy Butler (20.8pts y 5.0 asis) se pierde los cinco partidos de la serie. En segunda ronda le tocaría a Donovan Mitchell (26,6pts y 6.1 asis) perderse dos de los cinco partidos disputados. Tyresse Haliburton (20.1pts y 10.9 asis) se perdió dos de cuatro partidos por lesión. Los Knicks fueron un paso más allá perdiendo a OG Anunoby (14,7pts y 2.1 asis) en cuatro de los siete partidos y a Julius Randle (24.0pts y 5.0 asis) trece, todos los Playoffs. Milwaukee Bucks no se quedó lejos, ya que perdió a Giannis Antetokounmpo (30.4pts y 6.5 asis) seis partidos y a Damian Lillard (24.3ptos y 7.0 asis) en dos de seis disputados. Por todo ello, no sería de extrañar a nadie que esta temporada los campeones tuviesen algo más de disputa de cara a alcanzar las Finales de la NBA, si todos los jugadores mencionados tienen un poco más de suerte.
Sin embargo, para aquellos que buscan menospreciar el logro de estos Celtics, cabe resaltar que este equipo no ha llegado hasta la cima de un día para otro y con gran fortuna. Boston lleva varios años inmerso en la pelea por el anillo, sin dejar de pisar el acelerador como sí han hecho algunos de sus rivales en el Este. En la campaña 21–22, este equipo logra un más que sólido 51–31 en temporada regular, alcanzando además las Finales y perdiendo contra unos Warriors muy inspirados y un Curry estelar. Al año siguiente, mejoran sus números de temporada regular hasta las 57 victorias y 25 derrotas, cayendo en Finales de Conferencia contra unos Heat que desafiaron de lo lindo a la historia. Y finalmente, esta campaña 23–24 lograrían hacerse con el trofeo que tanto iban persiguiendo desde que Brad Stevens se hizo cargo de absolutamente todo lo que concierne la gestión del equipo de Massachussets. Lo lograrían con un récord de 64 victorias y 18 derrotas, siendo el mejor ataque de toda la liga y la segunda mejor defensa. Números que solo alcanzan los grandes equipos de la historia de la liga.
Si nos fijamos en los datos de ataque y defensa, el Rating Ofensivo de los Boston Celtics la campaña pasada fue de 123.2, la mejor marca ofensiva de toda la historia de la NBA. Y es que lo hizo con 16.5 triples anotados por partido, siendo la tercerca mejor marca de la historia desde la larga distancia, y con un Net Rating de 11.6 sobre sus rivales, tercero mejor de la historia por detrás de nada más y nada menos que los Bulls de Jordan de la 95–96 y 96–97, y empatando con los Warriors de 2017, de un tal Steph Curry, Kevin Durant, Draymond Green, Klay Thompson y compañía. Si bien su temporada 23–24 pueda parecer inmejorable, estos Celtics tienen aún algunas cosas por llevar al laboratorio e intentar mejorar. Sin irnos muy lejos, Boston intentó la friolera cifra de 20.2 tiros libres por encuentro, posicionándose como el nº26 de toda la liga. Y es que sus máximos exponentes ofensivos, Tatum y Brown, necesitan ser mucho más agresivos y aprovecharse de su físico privilegiado para obtener más oportunidades desde la línea de tiro libre. La campaña pasada, Tatum acabó con 6,7 lanzamientos libres por partido, lejos de su tope de 8,4. Y Brown, para muchos la segunda espada, para otros la verdadera estrella, pero sea como sea el MVP de las últimas Finales NBA, terminó la campaña lanzando 4,3 tiros libres por partido, entre los cinco peores de la liga que conforman el top 30 en anotación.
Está claro que si este equipo quiere marcar una época y desafiar a la historia, debe mejores en ciertos puntos de cara a la próxima campaña. Sus dos estrellas, Tatum y Brown, deberán dar un paso al frente y amenazar a las defensas de la liga, siendo mucho más verticales y sacándole el máximo provecho a su físico. Jrue deberá seguir siendo ese defensor polivalente e incansable que siempre ha sido, aportando además en muchas zonas de la cancha. White más de lo mismo que Holiday, perfiles parecidos de defensores natos, fuertes, inteligentes e incansables que corren absolutamente toda la pista, sea un partido decisivo de las Finales de la NBA o un día cualquiera de liga en Detroit. Del letón debemos esperar que vuelva lo antes posible, pero sobre todo que vuelva bien, sano y con confianza de cara a revalidar, posiblemente, el título. De los suplentes y jugadores de rol poco hay que decir, sabemos cómo trabaja la franquicia con este tipo de perfiles y todo lo que aportan siempre al equipo. Frescura, garra y muchas ganas de competir. Y es que la temporada 24–25 de estos Celtics campeones se podría definir en esa: Salud, frescura, garra y ganas de seguir compitiendo, y por qué no, ganando trofeos.
✅ Comprar entradas NBA
Ficha del autor
Periodista uruguayo
Licenciado en la Universidad Miguel Hernández de Elche
En 'Tiempo de Basket' desde 05.03.2024







