En esta última entrega sobre el Dorna Godella, he tratado tener la visión de aquel equipo desde dentro, a través de estas exjugadoras con una perspectiva de casi 30 años. Dedicado al Maestro Miki Vukovic y a estas grandísimas jugadoras, que hicieron posible un sueño y convertirlo en realidad.
Que no quede en el olvido lo que consiguieron.
Entrevista a Piluca Alonso
Exjugadora de Celta Citroën, Tintoretto Getafe, Banco Zaragozano, Xerox Vigo y Dorna Godella.
Finalizados los JJOO de Barcelona te incorporas al Dorna Godella. ¿Qué se siente al volver a este equipo?
Volver a casa.
¿Qué percepción tienes del equipo de la temporada 92/93?
Muy buena.
Juegas con la selección en Barcelona´92, primera vez en la historia del baloncesto femenino, llegas al Dorna y el primer título es inmediato: el Mundial de Clubs. ¿Cómo se valora y se asume eso?
Con mucha normalidad.
En el Mundial de Clubes celebrado en Sao Paulo, perdéis ante el Habana y el Leite Moza. ¿Supusieron un toque de atención para el equipo?
Esas dos derrotas nos hicieron reaccionar.
Sin embargo, al Habana y al Letie Moza les vencéis en semifinales y en la final. ¿Cómo afrontasteis esos dos últimos partidos?
Las dos derrotas nos hicieron reaccionar.
¿Teníais un límite tras vencer en el Mundial de Clubes?
No.
Jugáis la final de la Copa de Europa. Esta vez ante el Como y en Llíria. ¿Había más presión por ganar?
En todas las finales hay presión.
¿Os esperabais el pabellón de Llíria lleno? ¿Era más presión para vosotras o por el contrario os daba fuerzas?
Sí, había estado lleno todo el año. Nos daba fuerza.
¿Qué supuso saborear las mieles del triunfo en la Copa de Europa y hacer historia para el baloncesto femenino español?
Poner la primera piedra.
El Dorna Godella de esos años marcó una época en el baloncesto español. ¿Qué supuso para ti, personal y profesionalmente, formar parte de esa historia?
Un gran orgullo.
En la temporada 1992/93 lo ganáis todo, a excepción de la Copa de la Reina. ¿Era algo que sabíais que podría ocurrir?
En todas las competiciones sales a ganar, pero no puedes ganarlas todas.
¿Qué recuerdos guardas de aquellas competiciones y de tus compañeras del Dorna?
Muy buen ambiente y grupo.
¿Cómo valoras una temporada en la que ganas Mundial de Clubes, Liga, Copa de Europa y Eurobasket?
Perfecta. El sueño de cualquier jugadora.
En aquellos años, las jugadoras titulares jugaban alrededor de 35 minutos de media por partido, a no ser por problemas de faltas o lesión. ¿Cómo se vivía esa situación?
Con normalidad. No tiene nada que ver con el baloncesto actual.
Entrevista a Margarita «Wonny» Geuer
Exjugadora del Colegio Las Irlandesas, Amigos Natación, Club Medicina Oximper, Real Canoe, Xuncas de Lugo, Banco Exterior de España (Equipo Olímpico España) y Dorna Godella.
Después de una trayectoria en la que has ganado 3 Ligas con el Canoe, y tras la participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, ¿Qué te hace fichar por el Dorna Godella?
Tenían un proyecto muy ambicioso y atractivo, y jugar la Copa de Europa con opciones era un gran reto para mí.
En la temporada 1992/93, hay bastantes cambios en la plantilla del Dorna: hasta 6 jugadoras. Y 3 habíais formado parte de la selección. ¿Cómo se valora y se asume eso?
Pues como te he contestado antes, el proyecto deportivo que me presentaron era muy atractivo, con un equipo muy competitivo, hicieron realmente un esfuerzo muy grande para reunir grandes jugadoras y competir a gran nivel.
En el Mundial de Clubes celebrado en Sao Paulo, perdéis ante el Habana y el Leite Moza. ¿Supusieron un toque de atención para el equipo?
No, sabíamos que, si no hacíamos nuestro juego y dábamos el 150% en la pista, podríamos perder con cualquiera.
Sin embargo, al Habana y al Letie Moza les vencéis en semifinales y en la final. ¿Cómo afrontasteis esos dos últimos partidos?
Con mucha ilusión, el Mundial estaba preparado para que ganasen ellas en su casa ante su gente, de hecho, tuvimos que remontar muchos puntos en contra en la final, lo importante es que nunca nos rendíamos.
¿Teníais un límite tras vencer en el Mundial de Clubes?
Nos dimos cuenta de que luchando y dándolo todo en el campo podíamos ganar todas las competiciones que teníamos por delante,
Jugáis la final de la Copa de Europa. Esta vez ante el Como y en Llíria. ¿Había más presión por ganar?
Bueno, jugar en casa ante tu público hace que siempre te exijas más y te pones más nerviosa, pero una vez en el campo y con su apoyo incondicional te llevan en volandas a la victoria, o en la derrota notas su apoyo y cariño.
¿Qué sensación personal tienes de tu actuación en ese partido?
La verdad es que hace mucho tiempo, fue en el siglo pasado, pero mi recuerdo es que fue un partido muy competido, de muchos nervios y que ganamos jugando en equipo.
¿Os esperabais el pabellón de Llíria lleno? ¿Era más presión para vosotras o por el contrario os daba fuerzas?
Si, esperábamos mucha gente, la verdad es que se llenó toda la temporada, venían muchos aficionados a vernos jugar.
¿Qué supuso saborear las mieles del triunfo en la Copa de Europa y hacer historia para el baloncesto femenino español?
Una gran satisfacción y un reconocimiento a tantos años de esfuerzo, entrenos y sacrificio dedicados al baloncesto.
El Dorna Godella de esos años marcó una época en el baloncesto español. ¿Qué supuso para ti, personal y profesionalmente, formar parte de esa historia?
Te contesto a eso en la respuesta anterior.
En la temporada 1992/93 lo ganáis todo, a excepción de la Copa de la Reina. ¿Era algo que sabíais que podría ocurrir?
Como te he dicho antes, si no estábamos al 150% podíamos perder con cualquiera, y el BEX era un gran equipo. Fue una temporada muy larga y exigente, muchas veníamos sin descansar después de jugar los Juegos Olímpicos, y llegamos agotada al final de la temporada y con muchas lesiones.
¿Qué recuerdos guardas de aquellas competiciones y de tus compañeras del Dorna?
Muy buenos recuerdos y el equipo era una piña, estábamos muy unidas, fue un placer retirarme jugando con ellas.
La Copa de la Reina es el único título, a nivel de clubes, que no has conseguido. ¿Es una espinita clavada, sabiendo que en todas las finales jugadas de esa competición lo habéis tenido casi al alcance de la mano?
Pues sí, es una espina que tengo clavada, pero con la satisfacción de haberlas jugado y de haberlo dado todo para intentar ganarlas. La vida, y el deporte en particular, te enseña que no siempre se puede ganar.
¿Cómo valoras una temporada en la que ganas Mundial de Clubes, Liga, Copa de Europa y Eurobasket?
Un sueño hecho realidad, una temporada inimaginable, la guinda del pastel a una carrera deportiva. La temporada con la que cualquier deportista sueña con retirarse y yo lo hice.
En aquellos años, las jugadoras titulares jugabais alrededor de 35 minutos de media por partido, a no ser por problemas de faltas o lesión. ¿Cómo se vivía esa situación?
Se llevaba con normalidad porque era lo habitual.
Quiero aprovechar esta entrevista para recordar a Miki Vukovic. Gracias al él, el Dorna tuvo tantos éxitos y yo una temporada fin de carrera inimaginable.
Gracias Miki
Entrevista a Ana Belén Álvaro
Exjugadora de Club Bàsquet Mollet, Club Bàsquet L´Hospitalet, El Masnou, Banco Exterior de España (Equipo Olímpico España), Dorna Godella, Pool Getafe, Union Sportive Valenciennes Olympic, CBF Universitari de Barcelona y Sta. Mand Les Eaux.
Finalizados los JJOO de Barcelona te incorporas al Dorna Godella. ¿Qué se siente al saber que tu contratación era una prioridad para Miki Vukovic?
Siento una gran alegría y al mismo tiempo una enorme responsabilidad. Iba a un club grande, con grandes jugadoras y un gran entrenador.
¿Qué percepción tienes del equipo al llegar al Dorna Godella?
Que es un equipo hecho para conseguir títulos.
En la temporada 1992/93, hay bastantes cambios en la plantilla del Dorna: hasta 6 jugadoras. Y 3 habíais formado parte de la selección. ¿Cómo se valora y se asume eso?
Bueno, dentro de un equipo hay muchas situaciones que cambian, jugadoras que también toman decisiones de futuro, nuevos retos que se plantea el club… se asume pensando que cuando un club de ese calibre toma algunas decisiones es para mejorar y que tiene nuevos retos.
En el Mundial de Clubes celebrado en Sao Paulo, perdéis ante el Habana y el Leite Moza. ¿Supusieron un toque de atención para el equipo?
Todos los partidos que se pierden en una Campeonato o torneo que son eliminatorios en ese momento, son toques de atención para todo el grupo. Hay que reaccionar, pararse y pensar. Hay que continuar
Sin embargo, al Habana y al Letie Moza les vencéis en semifinales y en la final. ¿Cómo afrontasteis esos dos últimos partidos?
Una semifinal y una final son partidos “especiales” estás cerca del título, lo tienes al alcance de la mano, cualquier paso en falso te hace perder…los afrontamos siendo conscientes del gran equipo que teníamos y apoyándonos en eso.
¿Teníais un límite tras vencer en el Mundial de Clubes?
¿Límite? ¿objetivos? Sí, ganar todas las competiciones en las que íbamos a participar.
Jugáis la final de la Copa de Europa. Esta vez ante el Como y en Llíria. ¿Había más presión por ganar?
Siempre hay presión por ganar en dos circunstancias. Cuando eres anfitrión y cuando sabes que tienes equipo para ganar. Si tienes equipo y no ganas, has fallado y en tu casa, te gusta hacerlo bien delante de tu público, tu familia, tus amigos…
¿Qué sensación personal tienes de tu actuación en ese partido?
Pues mi sensación es buena. Estaba muy concentrada, nerviosa lo justo (siempre hay que estarlo un poco). Creo que me salió un buen partido.
¿Os esperabais el pabellón de Llíria lleno? ¿Era más presión para vosotras o por el contrario os daba fuerzas?
Sí, nos esperábamos el pabellón así de lleno. En nuestros partidos de Euroliga se llenaba mucho también, teníamos público hasta en los entrenamientos… Había mucha afición, así que la Final suponíamos que iba a estar a tope. Presión, como he dicho antes claro, ¿fuerzas? Muchísimas… es increíble lo que el público le puede aportar a una jugadora. Por lo menos a mí…
¿Qué supuso saborear las mieles del triunfo en la Copa de Europa y hacer historia para el baloncesto femenino español?
Bueno, pues fue como … un no parar, la verdad es que ese año para mí fue lo máximo. Sensación de que todo el trabajo que llevas haciendo desde hace tempo tiene esa recompensa… felicidad deportiva total.
El Dorna Godella de esos años marcó una época en el baloncesto español. ¿Qué supuso para ti, personal y profesionalmente, formar parte de esa historia?
Me siento muy orgullosa de haber formado parte de ese “punto de inflexión” en la historia del baloncesto femenino.
Profesionalmente acabé de darle forma a mi juego y seguir creciendo. Personalmente estaba eufórica porque cuando tomas decisiones que no sabes si son acertadas, irme a Madrid, fichar por el Dorna… el hecho de conseguir esos títulos me reafirmó en que la decisión fue buena.
En la temporada 1992/93 lo ganáis todo, a excepción de la Copa de la Reina. ¿Era algo que sabíais que podría ocurrir?
Claro, éramos conscientes. En aquel año la Copa de la Reina se jugó al final de la temporada… mantener física y psicológicamente el nivel más alto es muy complicado.
¿Qué recuerdos guardas de aquellas competiciones y de tus compañeras del Dorna?
Tengo muy buenos recuerdos, deportiva y personalmente. Éramos una piña a la que nos encantaba pasarlo bien y ganar, sobre todo, ganar…
¿Cómo valoras una temporada en la que ganas Mundial de Clubes, Liga, Copa de Europa y Eurobasket?
Lo valoro como uno de los mejores años de mi carrera deportiva. Obtener tantos títulos así de golpe… fue una “pasada”.
En aquellos años, las jugadoras titulares jugabais alrededor de 35 minutos de media por partido, a no ser por problemas de faltas o lesión. ¿Cómo se vivía esa situación?
Bueno, pues se vivía muy cansada…. Jajajaja… la verdad es que a veces llegábamos extenuadas a finales de partido, pero bueno, ahora se ve desde otra perspectiva y con unos “cuantos” años de diferencia por lo que las opiniones obviamente son muy diferentes ahora. Antes era lo que pasaba en casi todos los equipos y se vivía con naturalidad.
¿Me dirías unas pocas palabras sobre Miki Vukovic?
Su calidad como entrenador era equiparable al de buena persona.
Entrevista a Lorena Nestar
Exjugadora de Dorna Godella (cadete)…
En las temporadas 1992 y 1993, formabas parte de la estructura del Dorna Godella ¿Qué sentías cuando entrenabas con el primer equipo?
Mi carrera deportiva empezó de más a menos.
Cuando empecé a entrenar con ellas, llevaba apenas un año jugando o sabiendo lo era el baloncesto, aprendiendo a jugar. Empecé a jugar muy tarde, a los doce o trece años. Automáticamente al verme, mi envergadura y mi tamaño, pues me dijeron de entrenar con el primer equipo.
Desconocía el nivel que tenía un equipo así. Para mí era todo nuevo. Las veía como jugadoras profesionales que sabían, que se dedicaban a esto, que eran las mejores de toda España. Intentábamos hacer lo que podíamos, rellenar huecos, apoyando en los entrenamientos.
Pero, por otro lado, considero que no valoraba lo que significaba estar ahí. Habría jugadoras mucho más formadas que yo, mucho más válidas, que hubiesen matado por estar ahí. En ese momento no lo valoraba. Lo veía muy bonito, muy profesional. Pero a la hora de sentir, para mí era todo muy reciente y era motivante.
Agradecer al que era en aquella época nuestro entrenador del equipo cadete, Javier Esteve, que fue el que apostó por nosotras, tanto por Cristina Sánchez como por mí. Siempre lo he dicho: la figura de Javier Esteve nos permitió vivir esos momentos de poder estar ahí con el primer equipo, codeándote con ellas y, sobre todo, aprendiendo mucho y peleando mucho con ellas.
Después de Javier Esteve vino Esteban Albert, y también nos ayudó muchísimo. Apostó por las jóvenes, nos daba un montón de consejos y tanto Javier como Esteban, para mí, son personas increíbles. Los aprecio tanto a nivel personal como a nivel deportivo, porque para mí han sido fundamentales.
¿Qué sensación tuviste cuando se consiguió la primera Copa de Europa?
Era mi primer año jugando, aprendiendo. Y entonces en Godella mi entrenador era Javier Esteve, que precisamente ese año era el segundo entrenador del primer equipo. Para mí, que lo consiguieran y el hecho de haber entrenado con ellas y de conocer el equipo desde dentro fue increíble. Creo que era totalmente merecido. Aquel viaje a Bari, como jugadora joven, fue increíble.
¿Cuál es tu opinión sobre las plantillas de 1992 y 1993?
Era más de lo mismo. Una vez conseguido el campeonato de Europa, se prendía lo mismo: continuar con el domino del baloncesto europeo. Esas jugadoras eran lo mejor. Y se luchaba por eso, por mantener el prestigio de haber conseguido, prácticamente, todos los títulos posibles.
Ya que la jugadora referente en Europa se marchó, pues debían mantener el nivel. Miki planteaba un baloncesto más explosivo, más atlético para, llegado el momento de una hipotética final contra el Como, plantarle cara y conseguir que Mujanovic no hiciera su papel. Katrina McClain y Natalia Zalssoulskaya eran la pareja perfecta. Un baloncesto diferente y mucho mejor.
En la temporada 1992/92, se marchó Razija Mujanovic y llegaron Wonny Geuer y Katrina McClain para formar un tridente con Natalia Zalssoulskaya ¿Cuál es tu opinión de estas jugadoras?
Irrepetible. Esas jugadoras, la explosividad de Katrina, la inteligencia y el talento de Natalia, junto con la experiencia de Wonny eran irrepetibles.
Es más, Wonny también salía a jugar por fuera y, cuando coincidían las tres jugadoras en pista, aquello era jugar con tres jugadoras grandes, y en la época no estaba tan visto.
Con Wonny, Katrina y Natalia se planteó llegar a jugar contra Mujanovic y evitar que desplegara su juego y su poderío en la zona. Y se consiguió. Miki era el mayor estratega del baloncesto femenino de la época.
La Final Four de 1993, en Llíria, la presencias en el pabellón como aficionada. ¿Cómo viviste esos partidos?
La Final Four de Llíria la viví porque en las categorías inferiores del club, nos eligieron para ayudar en la organización del evento: con las acreditaciones, que hubiese algo de ambiente en las gradas… Aunque ya de por sí, el Plá de L´Arc aquellos días fue increíble: todo el público respondió. El pabellón lleno. Fue la primera fiesta del baloncesto femenino en Valencia.
¿Piensas que un pabellón lleno, apoyando al equipo local era un extra para el equipo?
Sin duda. Creo que el pabellón lleno, como estuvo durante esos partidos, fue vital. Fue el típico “sexto jugador”. Llíria, para el baloncesto es, o fue, impresionante. Aquello fue un acierto llevarlo allí. Y salió todo como tenía que salir. Fue imprescindible el apoyo de la afición.
¿Crees que se mejoró la plantilla con respecto al año anterior?
No te puedo decir si la plantilla mejoró. El baloncesto que se practicaba era completamente diferente. El hecho de tener a una jugadora referente como Razija Mujanovic, te hacía plantear un baloncesto diferente cuando estaba ella en pista. Era un seguro, una jugadora determinante.
La plantilla que se construyó para esa temporada era para realizar un baloncesto diferente. A lo mejor, a nivel de equipo se planteaba un juego más en equipo, no basado en una jugadora. Se podía disfrutar de un baloncesto más atractivo, más emocionante, más técnico.
Como aficionada, ¿Qué piensas de los títulos conseguidos en esas dos temporadas?
Durante eso dos años que se consiguió la Copa de Europa, Miki supo emplear a sus jugadoras y poder utilizar sus tácticas para ganar el título utilizando dos estilos y estrategias diferentes.
Aquellos dos títulos conseguidos en la época fueron importantes, pero no fueron lo suficientemente reconocidos como lo podrían ser ahora. Quiero decir, sí, se consiguió al objetivo, pero a nivel social se valoró muchísimo menos de lo que se hubiese podido valorar ahora.
Sin duda fueron como el preludio, o el espejo en el que mirarse para futuras generaciones y los futuros éxitos conseguidos a nivel de clubes y de selecciones.
De hecho, luego, todos los equipos querían conseguir el campeonato de Europa que previamente había conseguido Godella.
Sin duda fue un grano de arena importante para valorar y poner al baloncesto femenino, y al deporte femenino en general, en lo más alto. Y, sobre todo, para tener un poco más de reconocimiento.
¿Y como jugadora?
Un éxito increíble y un privilegio haber compartido pista, entrenamientos y rutinas con aquellas jugadoras que consiguieron algo tan importante. Un auténtico privilegio.
¿Qué recuerdos guardas de Miki Vukovic?
Los recuerdos que guardo de Miki son muchos y todos positivos y entrañables.
La llegada a Godella de Miki supuso el inicio de la historia reciente del baloncesto valenciano lleno de éxitos tanto en femenino como en masculino.
La decisión de venir a España y a Valencia concretamente iba a marcar su vida ya que fue tan importante para él y para su familia, que se quedaron a vivir. Demostró día a día ser una gran persona, que trataba a los demás como le trataban a él. Familiar, cercano, preocupado, humano, y con gran personalidad de liderazgo e inteligencia,
Personalmente estoy muy agradecida de la gran oportunidad que me dio de vivir todas las experiencias con el equipo y sus consejos, etc. Era increíble que, tras el paso de varios años, cruzarse con él en La Fonteta y que te llamara por el nombre y te saludara con su cariñosa sonrisa y te preguntara por todo en su «perfecto» castellano.
Fue muy doloroso cuando recientemente nos enteramos de su fallecimiento. Suponía el adiós de un gran hombre que vivió por y para el baloncesto y la familia.
Gracias Miki.
Dedicado a: Ana Junyer, Ana Belén Álvaro, Piluca Alonso, Wonny Geuer, Natalia Zassoulskaya, Lorena Nestar y al gran Maestro Miki Vukovic (allá donde esté).
Antes de realizar el artículo, contactamos con estas jugadoras de aquella mítica plantilla para poder entrevistarlas.
Fuentes: Piluca Alonso, Ana Belén Álvaro, Margarita “Wonny” Geuer, Lorena Nestar.
Agradecimientos: Natxo Andreu (por su apoyo en esta andadura y su empuje a hacerlo) y a Juan Carlos (por darme una oportunidad).
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Baloncesto como forma de vida
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