Mucho antes de que una talentosa hornada más allá del telón de acero a finales de los 80 y principios de los 90 recalara en la NBA, mucho antes de que Georgie Glouchkov y Fernando Martín fueran una rara avis en un mundo prohibido para la mayoría de jugadores FIBA, mucho antes de que Giannakis, Cosic, o Dalipagic estuvieran en un training camp sondeando sus posibilidades, mucho antes de que alguien se interesara en Dino Meneghin como una opción remota para incorporarlo al roster de una plantilla NBA, hubo un jugador europeo que recibió un verdadero interés por parte de una exitosa franquicia. En realidad, fue algo mucho más que interés.
Yuri Alexandrovich Korneev era un alero ruso que repartió su carrera entre los dos clubes más poderosos de Moscú por aquel entonces, el Dinamo y el CSKA. Con el primero conquistó una liga en 1959, con los segundos, cinco consecutivas desde 1962 a 1966. También fue campeón de la Copa de Europa en 1963 siendo el jugador determinante en el partido de desempate contra el Real Madrid. Con su selección ganó dos medallas de oro en el Eurobasket (1961 y 1963), dos de plata en los JJOO (1960 y 1964) y una de bronce en un campeonato del mundo (1963).
En noviembre de 1962, la selección soviética inició una gira por Estados Unidos para jugar contra un combinado de equipos amateurs y pequeñas universidades pertenecientes a la NAIA. La gira terminó con un balance de 4-4. Este tipo de iniciativas, al igual que las primeras incursiones de combinados NBA por la Europa del Este, estaban encuadradas dentro del contexto de la Guerra Fría. Eran una excusa para reestablecer las relaciones entre Estados Unidos y la URSS. Muchos atletas procedentes de los países del Telón de Acero, aprovechaban estás incursiones para evadir la vigilancia de los servicios de seguridad y solicitar asilo político, tal y como había hecho meses antes el bailarín Rudolf Nureyev en Francia. Éste no fue el caso de Korneev, que en esos momentos había discutido con la directiva del Dinamo de Moscú. Otro Dinamo, los georgianos del Tbilisi, se metieron por medio y le ofrecieron 800 rublos (unas 100.000 pesetas de la época), un Volga (vehículo de la firma automovilística GAZ) y un apartamento de 3 habitaciones. Korneev estaba de acuerdo con esta propuesta y tenía pensada aceptarla a su regreso a Moscú.
En este momento de la historia entra Red Auerbach, cuyos lazos con Europa del Este se habían confeccionado a través de múltiples viajes y algún que otro encuentro amistoso por aquellas latitudes. El mandamás de los Celtics envió a uno de sus emisarios a un hotel de New York, ciudad donde la selección soviética tenía un doble enfrentamiento en el inicio de su gira. Como una escena sacada de una película del género de espionaje, el enviado de Auerbach se acercó a Korneev cuando estaba solo. El jugador ruso estaba fumando en el vestíbulo del hotel, sin vigilancia y con la mirada perdida. Entonces alguien tocó su hombro y sin presentarse le dijo:
-Aquí tienes los papeles para solicitar asilo político, este es un contrato con los Celtics que solo necesita tu firma. Queremos que juegues con nosotros. Tienes que tomar una decisión rápida.
Korneev no podía tomar una decisión tan trascendental para su vida en unos pocos minutos y rechazó la oferta de los Celtics. No podía romper con su familia y su pasado. A su regreso a Moscú, recibió una propuesta del CSKA que aceptó en lugar de la del Dinamo de Tbilisi. De haber firmado aquel documento y solicitar asilo político, podría haberse convertido en el pionero, y quien sabe si podría haber derivado en un desembarco más temprano de los jugadores europeos en la NBA.
Ficha del autor
Aficionado al baloncesto y al deporte en general
En 'Tiempo de Basket' desde 05.04.2021







