viernes, noviembre 14, 2025
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La redención de Robert Parish

Robert Lee Parish no tenía muy claro su futuro, a pesar de haber sido nombrado jugador del año del estado de Louisiana en 1972. Al contrario que muchos chicos de su edad, no tenía una canasta en la entrada de su casa. Tampoco sintió la presión para jugar a baloncesto que existía en otros estados como Kentucky o Indiana. Shreveport, su localidad natal, fue en su tiempo un núcleo que vivía de la madera y la recogida de algodón. No había una gran tradición ni ligas locales que incentivaran la práctica del baloncesto. Si no fuera por su entrenador de high school, Coleman Kidd, ni siquiera se habría planteado introducirse en ese mundo. Kidd vio a un muchacho alto y espigado paseando por Shreveport, le paró y le preguntó por la posibilidad de jugar a baloncesto. «No, señor» y «Sí, señor» fue lo único que pudo arrancarle. Robert era un muchacho tímido e introvertido con que ni siquiera Ada Parish, su madre, podía entablar conversación. La insistencia de Kidd acabó por convencerle de que entrara en el equipo de baloncesto de Union High School, un centro segregado para alumnos de raza negra.

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Kidd tuvo que hacerle desistir de dejar el baloncesto durante su primer año. Sus habilidades para este deporte eran nulas. Era un jugador marginal que solo tenía minutos cuando el partido estaba decidido. El arduo trabajo de Kidd con Parish durante el verano dio sus frutos y la temporada siguiente su equipo llegó a las semifinales estatales gracias a su considerable mejora. Una orden federal que obligó a la integración de todos alumnos de raza negra en centro exclusivos para blancos cambió su destino. Parish fue destinado a Woodlawn High School. A Parish no le hizo ninguna gracia ser reubicado. Fue un año de transición traumático. El centro ni siquiera estaba preparado y no tenía una cancha habilitada para jugar a baloncesto. Tenían que mendigar un campo para entrenar, un día aquí, otro día allá. No obstante habían reunido un gran equipo de baloncesto. Lograron un récord de 36-2. Una de esas derrotas fue la cosechada ante Brother Martin High School. El año posterior se tomaron la revancha y conquistaron el título liderados por los 30,7 pts y 19,9 reb. de Parish.

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Jerry Tarkanian avisó a su amigo Rick Wallace de la Universidad de Centenary y le comentó acerca de Parish: «Si ese tipo sale de Louisiana para jugar en otro estado, os deberían despedir a todos». Parish tuvo que elegir entre varias universidades: Centenary, Jacksonville, Illinois State, Florida State e Indiana. Parish se reunió con Bobby Knight en Bloomington. Knight le preguntó «¿Qué es lo que quieres ropa, dinero, coches?. Todo esto es lo que no vas a encontrar en Indiana. A cambio puedes luchar por ganar el campeonato nacional. Pero hay otra cosa. Hemos visto tus notas. Son demasiado bajas y no te podemos ofrecer una beca». Este aspecto marcó su carrera deportiva. Parish era un hombre hogareño y eligió Centenary, un centro de artes liberales, por ser el más próximo a su hogar familiar. Tuvo que dejar atrás dos hijas (Tomika y Latoya) que tuvo con su novia de siempre, Annie Jones, por desavenencias de la pareja.

A pesar de la reputación académica de Centenary, no estaba entre los centros más exigentes con las notas de ingreso de su alumnado. El centro hizo una interpretación partidista de las notas de Parish, y le ofreció una beca deportiva, algo que la NCAA y un tribunal federal declararían nulo un tiempo más tarde. Como consecuencia de todo esto la NCAA, borró todos los registros estadísticos de Robert Parish, que en su primera campaña habían sido de 23,1 pts y 18,7 reb. Había sido el máximo reboteador de toda la nación en la división I de la NCAA, pero ese honor nunca fue reconocido oficialmente. Los Utah Stars de la ABA se interesaron por él y le draftearon siendo un freshman. Le hicieron una tentadora oferta de $1,5M x 5 temporadas, pero Parish nunca contempló esa opción. Los Spurs también lo draftearon dos años después, pero obtuvieron la misma respuesta. La NCAA le dio la opción de ser transferido a otro centro y de esta manera levantaría la sanción, pero Parish no aceptó esta oferta, y tanto los registros de Centenary como los de Robert Parish durante los siguientes tres años se declararon no oficiales. Centenary terminó esas tres temporadas con un récord de 68-13 y Parish finalizó su carrera universitaria con unos promedios de 21,6 pts y 16,9 reb. Cuando abandonó la universidad de Centenary poseía el récord de más puntos en un partido (50), más rebotes en un partido (33) y también ostentaba el liderato histórico de rebotes de la universidad, en totales y promedio.
Durante su año junior fue capitán de la selección estadounidense que compitió en los Panamericanos. Se colgó la medalla de oro después de vencer a sus más directos rivales, Puerto Rico y Brasil, por 32 y 25 puntos respectivamente. Parish fue el máximo reboteador de una selección en la que figuraban nombres como John Lucas, Otis Birdsong, Tree Rollins o Johnny Davis. En esa época era considerado el mejor pívot colegial por delante de Tree Rollins o Leon Douglas. Los Hawks tenían en su poder el número 1 del draft y pusieron sus ojos en Parish, pero su oferta a la baja no fue bien recibida. Atlanta envió su número 1 a los Rockets a cambio de cambio de dos jugadores y una primera ronda del draft. Como consecuencia, Parish cayó hasta el octavo lugar, elegido por los Warriors, un equipo que había sido campeón en 1975. Las negociaciones se prolongaron en el tiempo, pero Parish llegó a tiempo para el training camp. Se sentía afortunado, pero su estancia en San Francisco no fue tal y como él esperaba. Al Attles, el entrenador de los Warriors no era famoso por regalar minutos a los rookies, y Parish tenía una dura competencia en Clifford Ray y George Johnson, dos jugadores del agrado del entrenador. Ray y Johnson eran dos jugadores de marcado perfil defensivo mientras Parish era visto como un jugador más talentoso pero menos aguerrido. A pesar de que dejó destellos de su talento, su temporada rookie no fue tan buena como muchos esperaban. Su facilidad para cargarse de faltas era uno de los reproches que más le echaban en cara. En playoffs tuvo dos pruebas de fuego. En primera ronda se vio las caras con Bob Lanier. Parish dio la cara ante el pívot de los Pistons pero sufrió un calvario en segunda ronda ante un imperial Kareem (37 pts 19 reb 4 tap).

Comenzó su segunda temporada saliendo desde el banquillo, pero después del All Star experimentó una mejoría que le llevó a conquistar la titularidad por encima de Clifford Ray. Se mostró más agresivo en su juego, pero esta agresividad recibía un castigo demasiado severo por parte de los árbitros y vio limitado sus minutos a causa de las faltas. Todavía no se había ganado el respeto arbitral. Pese a su moderado progreso, los Warriors no consideraban a Parish un jugador de futuro y le declararon transferible. En medio de la disputa de Bill Walton con los Blazers, los Warriors se plantearon traspasar a Parish junto a una ronda del draft por el pívot pelirrojo. Portland rechazó la operación porque no estaba interesado en Parish. Tras el fallido traspaso Attles declaraba en prensa que la temporada 78/79 era determinante para el futuro del jugador “Este año descubriremos si Robert se va a convertir en ese jugador que pensamos que era cuando le drafteamos”. La salida de Rick Barry hacia los Rockets le concedió una mayor importancia en los esquemas ofensivos, amén de los conflictos personales que existían entre ambos. Las nuevas reglas sobre la prohibición de utilizar las manos en defensa le condenaron a sufrir el recurrente problema de acumulación de faltas. Fue una dura transición para él en un año que se presumía importante en su carrera. No obstante Parish respondió a las expectativas aumentando sus promedios hasta los 17,2 pts, 12,1 reb y 2,9 tap. La debilidad defensiva de la línea exterior de los Warriors le dejó demasiado expuesto en ocasiones teniendo que acudir a más ayudas de las que eran recomendables. John Lucas, el veterano JoJo White y un Phil Smith al que las lesiones le empezaban a pasar factura, eran una mina para los rivales. Además la configuración de la plantilla dejó huérfano el puesto 4, que tuvo que ser cubierto por Purvis Short y Tom Abernethy, el primero era un alero reconvertido y el segundo era un jugador limitado. En estas circunstancias Parish, no solo tuvo que asumir más responsabilidad en ataque sino que tuvo que multiplicarse en defensa. Durante la temporada los rumores de un canje por Walton volvieron a activarse. En esta ocasión los Blazers vieron con buenos ojos la operación pero siempre que llegaran otros jugadores junto a Parish. Los Warriors se plantaron al entender que era un precio muy alto por un jugador lesionado. El crecimiento de Parish fue el motivo principal de que los Warriors descartaran seguir con las negociaciones. Una de las demostraciones de este crecimiento se pudo ver en un partido contra los Knicks en el que Parish anotó 30 puntos y capturó 32 rebotes (de los 47 de su equipo).

Los New Orleans Jazz se mostraron interesados en su contratación en 1979, pero nunca llegaron a un acuerdo con los Warriors. Parish ya se había asentado como la primera opción de ataque de los Warriors que volcaban su juego a menudo sobre él en el poste bajo, pero el resto de equipos habían aprendido a respetarle y le enviaban dobles marcas. El pívot de los Warriors no tenía un don para el pase ni su visión de juego era sobresaliente, le costó adaptarse a esta nueva situación. Parish obtuvo unos números similares a los de la temporada anterior pero el equipo continuó con la dinámica negativa de temporadas anteriores (17 pts 10.9 reb), y Al Attles decidió dejar su cargo para ejercer exclusivamente de general manager. En su lugar puso a su asistente Johnny Bach, que para poner en contexto a nuestros oyentes, era el entrenador encargado de la parcela defensiva en los Bulls del primer threepeat y el único entrenador al que Michael Jordan llamó coach en profesionales. Parish frenó ligeramente su progresión por culpa de unos depósitos de calcio que se iban acumulando en su pie izquierdo, y pese a no causar baja en muchos partidos le producían bastantes molestias. Pasó por quirófano al terminar la temporada para subsanar esas dolencias. Los Warriors terminaron la temporada una vez más fuera de playoffs con una pobre marca de 24-58.

Attles creía que la mala temporada de los Warriors podía ser una oportunidad para reforzar al equipo vía draft. Se dejó seducir por el pívot de la universidad de Purdue Joe Barry Carroll. Si tenía la fortuna de poder draftearlo, pensó en primera instancia en formar un dúo interior junto a Robert Parish, pero había un inconveniente. Parish tendría que renovar al finalizar la temporada y Franklin Mieuli, un propietario huraño en las negociaciones tendría que sacar la chequera para pagar a Parish y a Joe Barry Carroll. En ese momento apareció en escena, oportunista como siempre, Red Auerbach. Los años pasaban por Dave Cowens y Auerbach quería reforzar la posición de center. En cierta medida la adquisición de McAdoo iba encaminada a tapar ese parche, pero solucionado el problema de la incompatibilidad del pívot nacido en Greensboro con la filosofía de Red Auerbach y de los Celtics, la ausencia de un center de garantías persistía como algo prioritario a corregir. Ante la imposibilidad de convencer a Ralph Sampson para que se presentara al draft, su prioridad era draftear a Kevin McHale de Minnesota, pero había llegado a sus oídos que Al Attles entrenador y los Warriors, en poder del pick número 3 del draft, estaba desesperado por hacerse con Joe Barry Carroll. Los Celtics poseían el número 1 del draft de esa edición y Red como viejo diablo dejó correr el rumor de que Carroll sería su opción. Puso el cebo, ahora sólo era momento de esperar. Tal y como vaticinaba Auerbach, Attles tomó la iniciativa e intentó persuadirle de que McHale sería un mejor jugador para ellos. Auerbach quería saber cual era el grado de desesperación de Attles por conseguir a Joe Barry Carroll, y le lanzó un órdago. Le ofreció intercambiar a Kevin McHale por Joe Barry Carroll(y una ronda del draft) pero deberían incluir en el paquete a Robert Parish. Attles creyó que metiendo a Parish en el pacto se ahorraría el problema de su renovación. No dudó un sólo momento en aceptar la propuesta de Auerbach que había solucionado su problema con el puesto de pívot adquiriendo a Robert Parish y además había conseguido los servicios de uno de los mejores jugadores de aquella promoción, Kevin McHale. Aquel intercambio es considerado hoy todavía como uno de los más desequilibrados de todos los tiempos.

En los Warriors, Parish vivió de primera mano la desintegración de un equipo campeón que tenía una plantilla llena de jugadores talentosos: Rick Barry, Phil Smith, Jamaal Wilkes, Gus Williams y el propio Parish. Desde su llegada a los Warriors, el récord del equipo fue menguando 46-36, 43-39, 38-44 y 24-58. Sólo lograron meterse en playoffs en su primera temporada. Sus números fueron creciendo de manera inversamente proporcional a las victorias de los Warriors. Parish aborrecía el carácter de Rick Barry al que consideraba un mal compañero. La directiva se fue deshaciendo de jugadores como Gus Williams y Jamaal Wilkes. Más tarde fue el propio Barry quien tuvo que abandonar la franquicia. Parish se quedó en medio de una reconstrucción sin rumbo fijo y con unas cuantas caras extrañas como compañeros. El carácter de algunos jugadores dejaba bastante que desear. Fueron años muy frustrantes para él. Al final de su cuarta temporada en los Warriors se estaba planteando la idea de abandonar el baloncesto, pero el destino le deparaba otra suerte distinta. “Soy afortunado de haber recalado en los Celtics. Podría haber caído en los Cavaliers o en los Pistons”. Desde el entorno de San Francisco estaban convencidos de que Parish no era un pívot para un equipo campeón.

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Ficha del autor

Oscar Villares

Aficionado al baloncesto y al deporte en general

En 'Tiempo de Basket' desde 05.04.2021

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