Hay un nuevo héroe en la ciudad de las estrellas. No me refiero a ningún nuevo personaje de Marvel ni de DC. Me refiero a una historia real. Una historia con incertidumbre y sorpresas. Una historia sobre la que comencé a escribir hace casi un mes, pero que fui posponiendo hasta que ayer, tras ver el estreno en PlayOffs de los Lakers, me vi obligado a retomar. La historia de un underdog. La historia de la ilusión. La historia de la constancia.
La historia de Austin Reaves, nuestro protagonista de hoy no fue ni mucho menos el protagonista de su Draft. Su historia es la historia de un niño que comenzó a jugar basket alrededor de los 13 años (hasta entonces era un adicto al beisbol). Una historia llena de altibajos y constantes varapalos a los que Austin supo sobreponerse con actitud y trabajo.
Una historia que nos lleva hasta la pasada noche donde fue titular en el primer partido de PlayOffs de los laguneros, el cuarto en minutos del equipo y el segundo en anotación.
Austin comenzó su andadura en el instituto Cedar Rige donde llegó a promediar en su último año 32.5 puntos, 8.8 rebotes y 5.1 asistencias. Con estos números cualquiera podría pensar que su futuro estaba asegurado, pero no. Al llegar a la universidad de Wichita State las cosas se complicaron, el juego del equipo le obligaba a jugar mucho más sin balón y el periódico de la universidad cargaba contra él con duras críticas. Una situación nada cómoda que terminó provocando su marcha a la universidad de Oklahoma, donde se consagró como escolta titular con casi 15 puntos por partido, 5.3 rebotes y 3 asistencias.
“Siempre ha sido mi mentalidad, callar a todos los que dudan de mi” – Austin Reaves en The Ringer en 2021
Tras su periplo universitario su futuro parecía estar ligado a otras ligas que no fueran la NBA, al menos así lo veía su entorno, pero Reaves tenía claro por donde quería que pasase su futuro.
“Miré a mi agente a los ojos y le dije: dile a todo el mundo que se jo**. Durante toda mi vida he sido el más delgado, alguien no lo suficientemente atlético e incluso no demasiado habilidoso. Todos encontraban excusas para no valorarme. Siempre era algo así como vamos a encontrar algo que no pueda hacer para que no lo consiga”, contaba el año pasado en LA Times.
Su tenacidad no se vio recompensada en el Draft. Sin embargo, el destino le concedería una oportunidad con un contrato two-way con el equipo de su vida, el equipo al que siempre animó, el equipo de su jugador favorito (Kobe): Los Ángeles Lakers. En poco tiempo, Austin convirtió ese contrato en una asegurado con el primer equipo, y desde entonces… qué os voy a contar, canastas sobre la bocina, jugadas inteligentísimas, un porcentaje brutal en sus entradas a canasta… Sus compañeros no dan crédito. Desde entonces tiene a sus compañeros asombrados: LeBron lo adora, D’Lo se deshace en elogios, “No te voy a mentir, el tipo es muy bueno”, Darvin Ham aprovecha para vacilar “¿Os gusta el as que me he sacado de la manga?”, e incluso el propio Reaves se sorprende “Parece demasiado bueno para ser verdad”.
Como evolucionará la historia de Austin Reaves es imposible de adivinar, pero de lo que no cabe
ninguna duda es de que él pondrá todo su esfuerzo e ilusión para decidir su destino. Y así será.
Esta no ha sido una historia de superhéroes, solo la historia de un tipo corriente dispuesto a darlo todo por un sueño
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Futuro periodista si la UVa lo permite.
En 'Tiempo D3 Basket' desde el 29.11.2022