Finalizada la temporada 1983/84, la liga española no tenía representante para la Recopa. El Barcelona, campeón de la Copa del Rey, también se había alzado con el campeonato liguero e iba a participar en la Copa de Europa. El Inmobanco, finalista, desapareció al no encontrar patrocinio para su continuidad en la élite dejando “vacante” la representación del baloncesto español en esta competición. Pero solo por el momento.
La primera Recopa del Real Madrid
Hay que recordar que el Real Madrid no se presentó a jugar en semifinales, como medida de boicot por los derechos de retransmisión, contra el Barcelona.
Real Madrid y Cotonificio de Badalona presentaron sus candidaturas para jugar la Recopa. Esta circunstancia llevó a realizar un sorteo para dilucidar quién sería el representante español. El sorteo tuvo lugar en los locales de la Federación Española de Baloncesto con la elección del equipo madrileño para disputar la Recopa.
El presidente del equipo badalonés criticó el método y las formas de esta resolución atacando públicamente al presidente de la Federación y al de la Asociación de Clubes, a la vez que presentan alegaciones que son desestimadas por la Federación. El Consejo Superior de Deportes también rechaza el recurso presentado por el Cotonificio sobre el tema de la Recopa.
Finalmente, el Real Madrid es el representante español de esta competición europea.
Fase de clasificación
Tras disputarse dos eliminatorias previas ya se conocen los equipos que junto a Scavolini de Pésaro (actual campeón de la competición) y Real Madrid, que pasaron directamente a los cuartos de final, se competirán por llegar a semifinales. Éstos fueron: Cibona Zagreb (Yugoslavia), Hzverda Parbudice (Checoslovaquia), Solent (Inglaterra), Saturn (Alemania), Panathinaikos (Grecia) y Simac Milán (Italia).
Conformados los grupos, los favoritos para pasar a semifinales con la Cibona y el Simac por parte del grupo A y el Real Madrid y el Scavolini en el grupo B. La única duda podría suponer quién se enfrentaría al equipo madrileño en semifinales quedando segundo de su grupo, pues tal era el favoritismo de pasar esta ronda como primera.
La “venganza” del Real Madrid, bien en semifinales si la Cibona acababa segunda o en la final, esperaba dos años después que los yugoslavos derrotaran al equipo español en la final de esta misma competición en 1982.
Una venganza que a punto estuvo de no producirse. Si bien el Real Madrid se alzó con el primer puesto de su grupo, como se presumía, perdiendo únicamente en la pista del Panathinaikos, en el otro grupo a punto estuvo de saltar la sorpresa: cada equipo ganó un partido al resto de rivales, quedando los cuatro equipos den 3 victorias y 3 derrotas. Para dilucidar el orden clasificatorio, hubo que echar mano del basket average quedando de la siguiente manera:
Grupo A
Grupo B
Las semifinales ya estaban servidas:
Cibona Zagreb – Real Madrid y Scavolini Pésaro – Simac Milán
Semifinales
Las dos eliminatorias tuvieron unos derroteros similares: victoria ajustada en cancha rival para sentenciar en su propia pista.
El Real Madrid ganó un partido realmente difícil teniendo en cuenta la problemática que siempre encierra jugar en tierras yugoslavas. En la vuelta, tuvo suficiente que sus hombres clave (Fernando Martín, Brian Jackson, Wayne Robinson y Juan Antonio Corbalán) jugaran a un excelente nivel para derrotar sin paliativos al rival.
Un rival dirigido por Mirko Novosel y que contaba entre otros con Aleksandar Pétrovic, Zoran Cutura, Andro Knego y Nakic. En la temporada siguiente se incorporaría Drazen Pétrovic a la Cibona.
Por parte de la Simac de Milán destacaron Franco Boselli, Marco Lamperti, Mike D´Antoni, Roberto Premier y Dino Meneghin.
Previa de la final
Este trascendental partido de la segunda competición continental de clubes, organizada por la FIBA, iba a tener lugar en el pabellón de Ostende (Bélgica) con capacidad para 2.500 espectadores: un recinto escuálido y ridículo para un evento de esta categoría. Pero eran “cosas” de la FIBA, que sorprendía a todo el mundo con estas decisiones.
El Real Madrid partía con cierto grado de favoritismo ante su rival. Una Simac que llegaba a este encuentro sin uno de sus americanos. Y no por lesión.
Para confeccionar su plantilla había renovado a Mike D´Antoni (a la sazón no tenía todavía pasaporte italiano y ocupaba ficha de extranjero) y se reforzaba fichando a Earl Cureton, un pívot de 2,06 metros que se proclamó campeón de la NBA en la temporada recién finalizada con los Philadelphia SeventySixers. Era el complemento ideal para Meneghin, aportando rebotes y una media de 18 puntos por partido en las seis primeras jornadas de la liga italiana y 20 puntos de promedio en las eliminatorias de la Recopa.
A principios de noviembre decide aceptar una oferta de los Detroit Pistons para jugar en la NBA y deja plantado al equipo lombardo. Rápidamente el Milán reacciona fichando a Antoine Carr, al que pueden inscribir en la liga italiana pero no en la competición europea. La reglamentación de la Recopa, impedía la inscripción de un nuevo jugador si el sustituido ya había participado en esa competición. Un lastre que asumiría el equipo italiano.
La final
A pesar de su favoritismo, el Real Madrid entraba en la pista con cierta presión. En una final influyen demasiadas cosas. Quizás se acordaban de lo que había ocurrido dos años antes, y eso contribuía al comportamiento en determinadas situaciones.
El equipo español puso de inicio a Corbalán, Iturriaga, Jackson, Robinson y Martín. Por su parte, los italianos lo hacían con D´Antoni, Premier, Bariviera, Gallinari y Maneghin.
La Simac salió decidida a parar el contraataque madrileño, una de sus principales armas ofensivas. Y con una defensa zonal 1-3-1 presionante (principal arma defensiva de los italianos y de la cual Dan Peterson es un maestro) atenazaron el juego en estático de su rival.
Lolo Sáinz mantuvo en pista el cinco titular durante toda la primera parte a pesar del pésimo porcentaje de Brian Jackson: una canasta de siete intentos. Cabe recordar que era el máximo anotador madridista de la competición.
Wayne Robinson se encargó de la marca de Dino Meneghin, además de anotar puntos importantes cuando había que hacerlo. No se entendía que no moviera el banquillo para intentar otras alternativas al juego.
Dan Peterson movió bastante el banquillo: no importaba que quien se sentara estuviera en racha anotadora, quería mantener una defensa presionante para ahogar al rival y llevar el partido a su conveniencia.
Se llega al final de la primera parte con el marcador 38-34 favorable a los italianos. Una pequeña diferencia a pesar de los malos porcentajes del Real Madrid y la ineficacia de los árbitros con bastantes decisiones equivocadas casi siempre en contra de los madridistas.
En la reanudación, Lolo Sáinz introduce a Rafa Rullán por Jackson. Un cambio que algunos pensábamos debió haber realizado mucho antes.
Rullán dio un recital de cómo jugar este tipo de partidos, tanto en defensa como en ataque. Ésto dio alas al equipo, que se vino arriba tanto en el juego como en el marcador.
Pero en los últimos cinco minutos de partido se confiaron: ya no tenían ese juego fluido, los italianos presionaban más, utilizaban todo tipo de marrullerías (con el beneplácito de los colegiados), Premier y Lamperti no perdonaban en ataque…
Y con 81-80 en el marcador, favorable a los transalpinos, a falta de nueve segundos llegó la “jugada” decisiva: Corbalán se jugó un tiro, ante la premura de tiempo, que se estrelló entre el aro y el tablero. Y Jackson atrapó el balón. Intentó tirar, pero fue objeto de falta… de todo el equipo italiano. Los árbitros pitaron la falta ante las quejas de Dan Peterson.
Jackson anotó los dos tiros libres dejando el marcador en el definitivo 82-81, a pesar del intento desesperado de D´Antoni por anotar.
El Real Madrid se proclamó campeón de la Recopa, su primer título en esta competición, dejando claro que para hacerlo hay que demostrarlo en la cancha y sudar para conseguirlo.
Dedicado a Pedro Bonofiglio (amigo, madridista y speaker del Real Madrid)
Fuentes: Revista Nuevo Basket
Agradecimientos: Antonio Rodríguez (por sus ánimos), Natxo Andreu (por su apoyo en esta andadura y su empuje a hacerlo) y a Juan Carlos (por darme una oportunidad)
Juan Antonio San Epifanio, Epi. El «SUPER» del basket español (I)
Baloncesto como forma de vida
En 'Tiempo de Basket' desde 14.05.2020