Hace unos días la NBA anunciaba a Ja Morant como el ganador del premio al jugador más mejorado (MIP) de la pasada temporada, lo cual ha venido acompañado, como era ya de esperar, de una sonora polémica con el mismo. De hecho, Ja, en un gesto sin precedentes y nunca antes visto en la liga, decidió enviárselo a la casa de su compañero Desmond Bane al creer que su temporada había sido merecedora de tal galardón. Un gesto que le dignifica y que deja entrever el excelso ambiente que están viviendo los Grizzlies como franquicia.
Como decía, Ja Morant se impuso finalmente a Dejounte Murray y Darius Garland (los otros dos finalistas) para terminar llevándose el galardón que le acredita como el MIP de la temporada 2021/22. Además de estos, otros nombres como los de Jordan Poole, Tyrese Maxey, Miles Bridges y el de su compañero de equipo, Desmond Bane, hicieron de este uno de los premios de más complicada resolución de los últimos años.
En el caso de Ja, creo nadie puede alegar que realmente no lo merezca por su desempeño sobre la cancha, pero quizás sí que sea un galardón que se le quede demasiado pequeño para la figura que tiene actualmente y que ya le sitúa entre las grandes estrellas de la liga. Simplemente el haber estado en algunos momentos de la temporada en las conversaciones por el MVP (Top-10) debería apartarle de un premio “menor” como este. Por supuesto sin desprestigiarlo y entendiendo el término “menor” refiriéndome a un reconocimiento con menor importancia que otros como el MVP o el DPOY.
Pero para entender bien el sentido de este galardón y poder formarnos una opinión fundada acerca del mismo debemos retrotraernos a la temporada 1985/86, cuando la NBA decidió crear el MIP (Most Improved Player) pensado inicialmente en crear un galardón para premiar a esos jugadores secundarios que diesen un salto adelante en la temporada convirtiéndose, normalmente sin llegar a ser la estrella principal del equipo, en una pieza clave para sus equipos. Es cierto que, a lo largo de los últimos años, algunos de los mejores jugadores actuales como el caso de Giannis Antetokounmpo, Jimmy Butler o Paul George también han compartido este reconocimiento individual. Sin embargo, en estos casos lo hicieron tras firmar unas primeras temporadas mucho más discretas en la liga. El caso de Ja es especial porque desde su primera temporada se comportó como la estrella que es hoy en día, llevándose incluso el galardón al rookie del año. De esta manera se ha convertido en el primer jugador que en su carrera es capaz de conseguir el ROY y el MIP algo que, al menos a priori, llama bastante la atención.
A pesar de que en sus inicios y hasta hace unos años se respetó bastante los criterios iniciales de este premio es cierto que últimamente parece haberse desvirtuado un poco. De hecho, han sido muchos los expertos que llevan unas cuantas temporadas criticando las últimas elecciones de este galardón ya que, parece que hemos pasado de premiar a esos jugadores secundarios que daban un paso adelante para ayudar a sus equipos a hacerlo a futuros, e incluso actuales, All-Stars:
2015: Jimmy Butler
2016: CJ McCollum
2017: Giannis Antetokounmpo
2018: Victor Oladipo
2019: Pascal Siakam
2020: Brandon Ingram
2021: Julius Randle
2022: Ja Morant
Lo cierto es que, históricamente, el premio al jugador más mejorado siempre ha buscado premiar el salto en cuanto a la aportación estadística e importancia en los equipos de los jugadores “secundarios”, normalmente a partir del tercer año (no tiene mucho sentido premiar a sophomores) y, parece que, en el caso de Ja Morant, a pesar de tener los números que le permiten estar entre los candidatos es un galardón que se le queda muy pequeño. En cambio otros nombres como el de Dejounte Murray, Darius Garland, Jordan Poole, Desmond Bane, Miles Bridges o Tyrese Maxey sí que encajan a la perfección en los requisitos de este reconocimiento. Todos ellos han mejorado en gran medida sus estadísticas a la vez que se han convertido en jugadores fundamentales para sus respectivas franquicias.
Por poner en contexto las evoluciones de los principales candidatos en cuanto a aportaciones numéricas:
Ja Morant: de 19,1 a 27,4 puntos / de 7,4 a 6,7 asistencias / de 4 a 5,7 rebotes / de 44,9% a 49,3% en TC / de 30,3% a 34,4% en T3.
Darius Garland: de 17,4 a 21,7 puntos / de 6,1 a 8,6 asistencias / de 2,4 a 3,3 rebotes / de 45,1% a 46,2% en TC / de 39,5% a 38,3% en T3.
Dejounte Murray: de 15,7 a 21,1 puntos / de 5,4 a 9,2 asistencias / de 7,1 a 8,3 rebotes / de 45,3% a 46,2% en TC / de 31,7% a 32,7% en T3.
Jordan Poole: de 12 a 18,5 puntos / de 1,9 a 4 asistencias / de 1,8 a 3,4 rebotes / de 43,2% a 44,8% en TC / de 35,1% a 36,4% en T3.
Miles Bridges: de 12,7 a 20,2 puntos / de 2,2 a 3,8 asistencias / de 6 a 7 rebotes / de 50,3% a 49,1% en TC / de 40% a 33,1% en T3.
Desmond Bane: de 9,2 a 18,2 puntos / de 1,7 a 2,7 asistencias / de 3,1 a 4,4 rebotes / de 46,9% a 46,1% en TC / de 43,2% a 43,6% en T3.
Tyrese Maxey: de 8 a 17,5 puntos / de 2 a 4,3 asistencias / de 1,7 a 3,2 rebotes / de 46,2% a 48,5% en TC / de 30,1% a 42,7% en T3.
Ciñéndonos a las estadísticas vemos que Desmond Bane en puntos (+9), Dejounte Murray en asistencias (+3,8), Ja Morant en rebotes (+1,7), Ja Morant en %TC (+4,4) y Tyrese Maxey en %T3 (+11,9) han sido los más destacados. En el caso de Bane y Maxey ambos son jugadores de segundo año y, por historia y los requisitos preestablecidos en este premio, ya que no es un galardón que suela ser concedido a sophomores, no deberían tenerse tan en cuenta. No obstante, bajo mi punto de vista eran dos de los claros favoritos por su gran evolución con respecto a la pasada campaña.
Tras ver los datos estadísticos vemos que es una lucha muy pareja y que la gran mayoría serían merecedores de ganarlo pero, atendiendo a lo que este galardón ha querido premiar históricamente yo creo que me hubiese decantado por Jordan Poole o Dejounte Murray. Creo que el joven jugador de los Warriors ha dado un gran paso adelante en su equipo no solo mejorando sus números y convirtiéndose en una pieza esencial en la rotación de Kerr sino que su aportación a la franquicia le ha convertido ya en uno de los complementos de élite de toda la liga. El caso de Murray es diferente porque ha tenido que transformarse en la primera espada de unos Spurs en plena reconstrucción liderando a un equipo lleno de jóvenes que bajo su mando ha conseguido clasificarse para jugar el Play-In desafiando a cualquier predicción de antes del inicio de la temporada. No obstante, y por concluir el tema, creo que todos estos nombres que he mencionado han hecho méritos suficientes para estar, al menos, en la conversación para llevárselo.
El problema y por donde viene toda la polémica es el sentido que la NBA quiera darle a este galardón.
¿Respetar la tradición y su propósito inicial o evolucionar el reconocimiento individual hacia un concepto diferente? ¿Volver a premiar a esos jugadores “secundarios” que den un paso adelante para ayudar a su equipo hasta convertirse en una pieza fundamental o hacerlo a grandes jugadores cuyo futuro será dominar la liga en los próximos años en su temporada de explosión definitiva?
He ahí la cuestión.
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